El viaje de Alex al bosque encantado



Alex era un chico muy rebelde. No le gustaba seguir las reglas y siempre se metía en problemas. Un día, su madre le pidió que fuera al bosque a buscar fresas. Alex, amargado por la tarea, se adentró en el frondoso bosque. Sin darse cuenta, se alejó tanto que terminó perdiéndose. Desesperado, comenzó a buscar el camino de vuelta, pero todo lucía igual. De repente, vio a un extraño fantasma que brillaba entre los árboles. Alex, asustado pero intrigado, decidió seguir al fantasma.

- ¿Hola? ¿Puedes ayudarme a salir del bosque? - preguntó Alex.

- Sí, pero primero debes seguirme - respondió el fantasma con voz suave. Después de seguir al fantasma durante un rato, llegaron a un claro en el bosque donde una malvada bruja los esperaba. La bruja miró a Alex con una sonrisa siniestra y dijo: - ¿Qué hace un humano perdido en mi bosque encantado?

Alex temblaba de miedo, pero trató de mantener la calma.

- Perdón, no quería molestar. Solo me perdí buscando fresas - explicó Alex con timidez.

La bruja, sorprendida por la valentía de Alex, decidió ponerlo a prueba. Le hizo resolver acertijos y superar obstáculos para probar su astucia y valentía. Poco a poco, Alex demostró que, aunque era rebelde, también era ingenioso y valiente. Impresionada, la bruja decidió ayudarlo a salir del bosque encantado y le advirtió sobre la importancia de escuchar a los demás y ser más responsable.

Finalmente, con la orientación de la bruja, Alex encontró el camino de regreso a casa. Desde ese día, Alex aprendió a ser más considerado y a valorar las tareas que le encomendaban. Comprendió que, a veces, es importante detenerse a pensar en las consecuencias de sus actos y a escuchar los consejos de los demás.

FIN.

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