El Viaje de Apu hacia Kuélap



Había una vez un niño llamado Apu, quien vivía en la comunidad indígena de Cusco. Desde que era pequeño, siempre se preguntó quién era su padre y por qué nunca había estado presente en su vida.

Un día, decidió emprender un viaje para encontrarlo. Apu sabía que su padre había viajado a través de las tres regiones del Perú; costa, sierra y selva. Entonces decidió seguir sus pasos. Empacó algunas cosas esenciales y comenzó su aventura.

En el camino, Apu atravesó muchos obstáculos y peligros, pero nunca perdió la esperanza de encontrar a su padre. Se encontraba en la costa cuando escuchó el sonido de un gallito de las rocas.

"¡Hola amiguito! ¿Me puedes ayudar?", le preguntó Apu al pájaro. "¡Por supuesto! ¿Qué necesitas?", respondió el gallito. "Necesito llegar a mi destino final: la selva", dijo Apu con una sonrisa triste en su rostro.

"No te preocupes amigo mío", dijo el gallito con entusiasmo. "Te guiaré hasta allí". Y así fue como empezaron juntos una gran aventura hacia la selva peruana. En el camino, se enfrentaron a varios desafíos como ríos caudalosos, montañas empinadas y animales salvajes feroces.

Pero juntos lograron superarlos todos. Finalmente llegaron a lo profundo del bosque tropical donde encontraron algo sorprendente: ¡un templo antiguo cubierto por plantas exóticas! Apu no podía creer lo que veía. "¡Es hermoso!", exclamó.

"Este es el hogar de tu padre", dijo el gallito. "¿Cómo sabes eso?", preguntó Apu con asombro. "Porque tu padre es Kuélap, el dios amazónico", respondió el pájaro con una sonrisa.

Apu se quedó sin palabras y se emocionó al saber que su padre era un dios. Finalmente había encontrado su destino y la respuesta a todas sus preguntas. De repente, escucharon una voz fuerte y profunda proveniente del templo: "Bienvenido, hijo mío". Era la voz de Kuélap.

Apu corrió hacia la entrada del templo para abrazar a su padre. Juntos compartieron historias mientras exploraban los secretos del templo antiguo. Después de pasar tiempo juntos, Apu decidió regresar a casa con su madre y contarle todo sobre su aventura increíble.

Pero prometió volver a visitar a su padre en la selva otra vez pronto.

La historia de Apu inspira a muchos niños como él que buscan respuestas sobre sus orígenes y les enseña que nunca deben rendirse en busca de sus sueños o metas, sin importar cuán difíciles puedan parecer.

FIN.

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