El viaje de Arboles
Había una vez en un hermoso bosque encantado, un árbol llamado Arboles que era muy especial. Arboles tenía la habilidad de comunicarse con todos los seres vivos del bosque, desde los pájaros hasta las ardillas y los conejos.
Un día, mientras Arboles estaba disfrutando del sol de la mañana, escuchó un llanto desgarrador que provenía de lo profundo del bosque. Sin dudarlo, se dirigió hacia el sonido y descubrió a un pequeño perro abandonado y hambriento.
"¿Qué te sucede, amigo perrito?" -preguntó Arboles con dulzura. El perrito levantó la mirada y entre sollozos le explicó que se había perdido de su familia y llevaba días sin encontrar comida ni agua.
Arboles sintió mucha tristeza al escuchar la historia del perrito y decidió ayudarlo. "No te preocupes, pequeño amigo. Yo te ayudaré a encontrar a tu familia y mientras tanto, aquí tienes algunas frutas del bosque para que puedas alimentarte" -dijo Arboles con bondad.
El perrito devoró las frutas con ansias y luego siguió a Arboles por el bosque en busca de su familia.
Juntos recorrieron senderos ocultos, cruzaron arroyos cristalinos y sortearon obstáculos hasta llegar a una cabaña donde encontraron a la familia del perrito angustiada buscándolo. La alegría fue inmensa al reunirse nuevamente y la familia agradeció profundamente a Arboles por su valiosa ayuda. El perrito saltaba emocionado alrededor de Arboles demostrando su gratitud. "Gracias por salvarme, querido árbol.
Eres el mejor amigo que cualquiera podría desear" -dijo el perrito con cariño. Arboles sonrió feliz al ver al perrito reunido con su familia y supo en ese momento que había hecho lo correcto al ayudar a aquel ser indefenso.
Desde entonces, el vínculo entre Arboles y el perro se hizo inseparable; juntos exploraban cada rincón del bosque compartiendo aventuras inolvidables.
Y así, gracias a la amabilidad y solidaridad de Arboles, se demostró una vez más que siempre es importante tender una mano amiga hacia aquellos que lo necesitan, sin importar si tienen plumas, pelaje o hojas verdes.
Porque en el corazón noble como el de nuestro querido árbol protagonista reside la verdadera magia de la vida en armonía con todos los seres vivientes del mundo natural.
FIN.