El Viaje de Astra y el Marciano Miki
Era una vez un joven astronauta llamado Astra, que soñaba con visitar la luna. Un día, mientras preparaba su nave espacial, un terrible accidente ocurrió y la nave explotó, esparciendo sus partes por siete distintos planetas. El corazón de Astra se sintió pesado, pero no se rindió. Sabía que debía recuperar las partes de su nave para hacer realidad su sueño.
Mientras contemplaba el vasto universo, un extraño ser se acercó. Era un pequeño marciano verde llamado Miki, que tenía grandes ojos brillantes.
"Hola, Astra. ¿Por qué estás tan triste?"
"¡Hola! Mi nave explotó y sus partes están en siete planetas diferentes. Necesito ayuda para recuperarlas y viajar a la luna."
"¡Yo te ayudaré!" dijo Miki emocionado.
Astra y Miki abordaron una pequeña cápsula espacial que Miki tenía. La primera parada fue el planeta pequeño y animal llamado Fleecia, donde vivían unos adorables seres animals llamados Fleeceputos. Al aterrizar, los Fleeceputos aparecieron curiosos.
"¿Qué son ustedes?" preguntó uno de ellos.
"Soy Astra, y este es mi amigo Miki. Buscamos partes de una nave espacial. ¿Han visto algo?"
"Sí, sí, encontramos un trozo brillante. ¡Lo tenemos en nuestra cueva!" dijeron saltando de alegría.
Los Fleeceputos llevaron a Astra y Miki a su cueva, donde efectivamente encontraron un panel brillante.
"¡Una parte encontrada!" exclamó Miki, mientras se la entregaban a Astra.
Después de una cariñosa despedida, Astra y Miki volaron al segundo planeta, Gélido, donde hacía mucho frío. Allí, encontraron a los Frescadores, unos seres de hielo que hablaban en susurros.
"¡Hola! Estamos buscando partes de nave, ¿podrían ayudarnos?" preguntó Astra.
"¿Nave? ¿Como la de los vuelos?" susurró el rey de los Frescadores.
"¡Exacto!" dijo Miki, temiendo no conseguir ayuda.
El rey recordó que también habían encontrado una parte brillante, pero temía que su pueblo tuviera frío sin ella.
"¿Podrían dejarnos un poco de calor?" sugirió el rey.
"Podemos traer algo especial de la Tierra que brinde calor. Regresaremos en un momento" prometió Astra.
Así, con astucia y amor, Astra y Miki regresaron con un pequeño artefacto que generaba calor. Los Frescadores estaban felices y les entregaron la parte de la nave.
Con dos partes recuperadas, la aventura continuó. Sin embargo, los planetas se volvieron cada vez más difíciles. En el tercer planeta, conocido como El Mundo Espejo, todo reflejaba imágenes.
"¡Es todo un laberinto aquí!" dijo Miki confundido.
"¡Debemos enfocarnos! ¡Debemos salir!" replicó Astra.
Tras un rato de búsqueda, Astra notó que había un camino que parecía diferente.
"¡Seguí ese camino!" dijo señalando.
"Pero Astra, puede que sea un engaño..."
"¡Hay que intentarlo!"
Y, efectivamente, encontraron una parte más de la nave escondida detrás de una ilusión. Siguieron avanzando hasta el planeta rojo, donde conocieron a los Rojos, seres sabrosos de diferentes frutas.
Al llegar, los Rojos les ofrecieron frutas frescas.
"¿Tienen alguna parte de nave?"
"Solo tenemos un tipo de parte que no sabemos si les sirve, pero nos encantaría que quedaran con nosotros."
"Nos encantaría, pero tenemos que volver a la luna", respondió Miki.
Finalmente, llegaron al quinto planeta, donde los especies se comunicaban a través de música. Los habitantes les mostraron un maravilloso concierto, y cuando Astra y Miki les contaron su historia, todos se unieron a la búsqueda.
"¡Sí! ¡Ayudaremos a Astra y Miki a encontrar lo que buscan!" corearon.
Y así lo hicieron, encontrando otra parte de la nave entre los acordes musicales. Mientras los amigos se despedían, sentían que la música resonaba en sus corazones.
En el sexto planeta terminaron en la Tierra de los Pintores, donde los habitantes se pasaban el día creando arte.
"No queremos ayudar, queremos pintar."
"¡Pero sin la nave, no puedo llegar a la luna!" dijo Astra.
"Si pintas nuestra historia, te ayudaremos", respondió uno de los Pintores.
Así lo hicieron, y Astra pintó los mejores momentos de su viaje. Los Pintores encantados le entregaron una parte de la nave.
Finalmente, llegaron al séptimo planeta, un lugar rodeado de caos pero lleno de seres amables y curiosos.
"Buscamos el último trozo de la nave," dijo Miki.
"¡Nosotros lo tenemos! Nos lo dieron los otros. ¡Ustedes son los héroes!"
Con todas las partes reunidas, Astra y Miki regresaron a su hogar. Con su nave reconstruida, finalmente llegaron a la luna.
"¡Lo hemos logrado!" gritó Astra, lleno de alegría.
"Gracias por enseñarme sobre la amistad y la valentía, Miki".
Y así, Astra y su amigo Marciano vivieron felices, sabiendo que la aventura del espacio siempre traería nuevas amistades y emocionantes desafíos.
"Recuerda, nunca dejes de soñar.¡La luna es solo el comienzo!"
FIN.