El Viaje de Bautista


Bautista era un niño muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Un día, mientras jugaba con sus bloques de construcción, se le ocurrió la idea de crear una nave espacial para viajar a otros planetas.

Con mucha dedicación y esfuerzo, Bautista pasó semanas trabajando en su proyecto. Utilizó cajas de cartón, tubos de papel higiénico y cualquier material que encontraba en casa para dar forma a su nave.

Incluso convenció a su hermano mayor para que lo ayudara con los detalles más complicados. Finalmente, la nave estaba lista para despegar. Bautista se subió al asiento del piloto y empezó a presionar botones y mover palancas.

De repente, la nave comenzó a vibrar y las luces parpadearon. ¡Estaban volando por el espacio!"¡Increíble! ¡Lo logramos!"- gritó Bautista emocionado. La primera parada fue un planeta cercano llamado Zarkon. Allí descubrieron criaturas extrañas con tentáculos verdes y lagos llenos de burbujas gigantes.

Continuaron hacia otro planeta llamado Xandor donde encontraron montañas flotantes hechas completamente de cristal. Pero no todo fue diversión en su viaje espacial.

En un momento dado, la nave comenzó a fallar y estuvieron atrapados durante horas sin saber cómo repararla. Fue entonces cuando Bautista recordó algo importante: nunca debes rendirte ante los desafíos. "Vamos chicos, podemos arreglar esto juntos" - dijo Bautista con determinación. Con trabajo en equipo y perseverancia, lograron arreglar la nave y continuar su viaje.

Finalmente, regresaron a casa con muchas historias emocionantes que contar. La aventura de Bautista no solo fue divertida sino también educativa. Aprendió sobre la importancia del trabajo duro, el valor de la exploración y cómo superar los obstáculos.

Y lo más importante, descubrió que cualquier cosa es posible si te lo propones y nunca te rindes ante los desafíos.

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