El Viaje de Bebé Roboth



Había una vez en la selva un pequeño robot llamado Bebé Roboth. Bebé Roboth era muy curioso y siempre estaba explorando nuevos lugares.

Un día, mientras jugaba cerca del río, escuchó un ruido fuerte que lo asustó y lo hizo correr sin darse cuenta de hacia dónde iba. Cuando se detuvo, se dio cuenta de que estaba perdido en medio de la selva.

- ¡Oh no! ¿Dónde estoy? -se preguntaba Bebé Roboth angustiado mientras miraba a su alrededor. La selva era muy grande y frondosa, con árboles altísimos que casi tapaban el cielo. Bebé Roboth no sabía qué hacer ni cómo encontrar el camino de regreso a casa.

De repente, escuchó una voz suave que le dijo:- ¡Hola! Soy Lila, la mariposa morada. Veo que estás perdido, ¿puedo ayudarte? Bebé Roboth miró sorprendido a la mariposa morada y asintió con entusiasmo. - ¡Sí, por favor! Estoy perdido y no sé cómo volver a casa.

Lila sonrió amablemente y le explicó a Bebé Roboth que para salir de la selva debía seguir las luces mágicas que aparecían en el camino.

Juntos emprendieron la aventura, con Bebé Roboth siguiendo atentamente las luces brillantes que los guiaban entre los árboles y los arbustos. Mientras caminaban, encontraron a Rocco, el mapache travieso, quien les advirtió sobre los peligros de la selva pero también les ofreció su ayuda para llegar a salvo a casa.

Juntos cruzaron un puente colgante sobre un río lleno de cocodrilos hambrientos y lograron esquivar las trampas del malvado León Rugoso.

Finalmente, después de superar muchos desafíos juntos, Bebé Roboth vio las luces brillantes del final del camino: era su hogar esperándolo entre los árboles. - ¡Gracias Lila! ¡Gracias Rocco! No habría podido hacerlo sin ustedes -dijo emocionado Bebé Roboth mientras abrazaba a sus nuevos amigos.

Y así, Bebé Roboth aprendió una valiosa lección: nunca debemos tener miedo de pedir ayuda cuando estamos perdidos o enfrentamos dificultades. Con amigos como Lila y Rocco al lado, cualquier aventura puede convertirse en una experiencia inolvidable llena de aprendizajes y diversión en la selva.

FIN.

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