El viaje de Caperucita y el lobo

Había una vez en un hermoso bosque, una niña llamada Caperucita que vivía con su mamá y su hermano.

Un día, la mamá de Caperucita le pidió que llevara una cesta llena de comida y unas hermosas flores a la abuela, quien vivía al otro lado del bosque. - Caperucita, por favor lleva esta comida a tu abuela, asegúrate de no hablar con extraños y mantente en el camino - advirtió la mamá.

Caperucita asintió y se puso en camino con su cestita. Mientras tanto, en el mismo bosque, un lobo hambriento de nombre Lucas acechaba buscando algo para comer. Al escuchar que Caperucita iba hacia la casa de su abuela, decidió seguirla con un plan en mente.

En su trayecto, Caperucita se encontró con un simpático búho llamado Tobías, quien la acompañó tarareando canciones alegres para animar su viaje. - ¡Hola Caperucita! ¿A dónde vas con esa linda cesta? - preguntó el búho.

- Voy a llevarle comida y flores a mi abuelita, está enferma y quiero alegrarle el día - respondió Caperucita. Mientras tanto, el lobo Lucas seguía de cerca a Caperucita, pero Tobías, el búho, sospechó de sus intenciones y decidió seguirlos para proteger a la niña.

Al llegar a un claro, el lobo Lucas se abalanzó sobre Caperucita, pero Tobías intervino rápidamente y con su sabiduría logró ahuyentar al lobo. - ¡Caperucita, cuidado! ¡Ese lobo quería hacerte daño! - advirtió el búho.

Agradecida por la valentía de Tobías, Caperucita continuó su camino hasta llegar sana y salva a la casa de su abuela, a quien entregó la comida y las flores. Luego, entre todos disfrutaron de una alegre tarde, llena de música y cariño.

Al final, Caperucita aprendió la importancia de no hablar con extraños y de la valiosa amistad de Tobías. El lobo, por su parte, comprendió que el camino de la maldad nunca trae verdadera satisfacción.

Desde ese día, Caperucita y su familia vivieron felices sabiendo que juntos pueden superar cualquier obstáculo.