El viaje de Carboncito



Había una vez en el corazón de una frondosa selva, un pequeño carboncito llamado Carbón. Carbón se encontraba en las profundidades de una hoja de una planta, formando parte de la glucosa que la planta producía a través de la fotosíntesis. Un día, la hoja fue devorada por una simpática cabra llamada Margarita.

- ¡Hola, amiguita cabra! ¿A dónde me llevas? - preguntó Carbón asustado.

- ¡Hacia mi pancita, claro! - respondió Margarita con una sonrisa.

Después de un viaje agitado por el sistema digestivo de Margarita, Carbón finalmente salió como dióxido de carbono a través de la respiración de la cabra, contribuyendo así a la salud del ambiente. Una vez fuera, Carbón se unió al aire, emocionado por su nueva aventura.

- ¡Vaya viaje! Ahora soy parte del aire fresco que todos respiran - exclamó Carbón maravillado.

Poco a poco, Carbón fue transportado por el aire, pasando por valles, montañas y océanos, observando la belleza del mundo desde las alturas. Sin embargo, su viaje se vio interrumpido cuando fue absorbido por una hoja de árbol y volvió a formar parte de la fotosíntesis, comenzando nuevamente su recorrido a través de la cadena alimenticia. Carbón había aprendido que, a pesar de ser pequeño, su papel en la naturaleza era fundamental para mantener el equilibrio en el ecosistema.

- ¡Qué emocionante es ser parte de algo tan grande como la naturaleza! - exclamó Carbón con alegría.

Así, Carbón continuó su viaje, sabiendo que siempre tendría un papel importante en el ciclo de la vida, ya sea como parte de una planta, de un animal o del aire mismo.

FIN.

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