El Viaje de Copito



Había una vez en un verde prado de Argentina un caballo llamado Copito. Copito era un caballo curioso y aventurero, siempre soñando con lo que había más allá de los límites de su hogar. Un día, se decidió: "¡Voy a explorar el mundo!"-

Con su hermoso manto blanco brillando bajo el sol, Copito partió en su aventura. En su primer viaje, se adentró en un espeso bosque. Allí, encontró a una tortuga llamada Tula, que avanzaba lentamente sobre la tierra.

"¿A dónde vas, Copito?"- preguntó Tula con una voz suave.

"Voy a explorar el mundo. ¿Quieres unirte a mí?"- respondió el caballo.

"No puedo correr como tú, pero puedo enseñarte sobre la paciencia y la perseverancia"- dijo Tula.

Así que continúan su camino juntos, aprendiendo uno del otro. Después de un rato, se encontraron con un río que rugía y se veía imponente. Copito estaba asustado, pero Tula le dijo:

"A veces, hay que ser valiente y afrontar las dificultades. ¡Vamos a cruzarlo!"-

Con la ayuda de Tula, Copito logró cruzar el río saltando de piedra en piedra.

Del otro lado, apareció un simpático loro llamado Lolo que los observaba desde una rama.

"¡Hola, amigos! ¿Qué están haciendo en mi bosque?"- dijo el loro con una sonrisa.

"Estamos explorando y aprendiendo juntos"- contestó Copito.

"¿Puedo unirme? Me encanta contar historias a los viajeros"- exclamó Lolo emocionado.

Los tres animales continuaron su camino. Lolo comenzó a contarles sobre cómo volar alto y ver el mundo desde allá arriba.

"Oh, cómo me gustaría sentir el viento en mi cara como tú!"- suspiró Copito.

"Tienes que aprender a mirar desde distintos ángulos, amigo. A veces, los que están en el suelo ven cosas que los que vuelan no pueden, y viceversa"- explicó Lolo.

Cruzaron selvas y montañas, siempre compartiendo lo que cada uno podía enseñar y aprender. Un día, llegaron a un campo de flores y se encontraron con una abeja trabajadora llamada Bibi.

"¿Qué son ustedes, un grupo raro? !"- preguntó Bibi con curiosidad.

"Estamos explorando el mundo y aprendiendo metiéndonos en aventuras"- respondió Tula.

"Les puedo enseñar sobre el trabajo en equipo y la importancia de ayudar a los demás"- ofreció Bibi.

Así que Bibi se unió a ellos y les mostró cómo construir colmenas y recolectar néctar, lo que ayudó a Copito a entender el valor del trabajo duro y la colaboración. Sin embargo, un día, una fuerte tormenta se desató y el grupo se apartó por la lluvia. Todos se asustaron.

"¡No me dejen!"- rugió Copito angustiado.

"¡Mantengámonos juntos y busquemos refugio!"- gritó Tula.

Los cuatro animales se unieron y lograron encontrar una cueva donde pasar la tormenta. Mientras estaban allí, tuvieron la oportunidad de compartir sus miedos y apoyarse mutuamente.

"¡Gracias por estar aquí, amigos!"- dijo Copito.

"Lo más importante en cualquier viaje es tener buenos compañeros"- agregó Lolo.

Cuando la tormenta pasó, todos escucharon el canto de un ruiseñor. "¿Qué tal si seguimos nuestro camino?"- sugirió Bibi llena de energía.

"Sí, vamos a ver qué más nos depara el mundo"- dijo Tula.

Después de muchos días de viaje, Copito y sus amigos se dieron cuenta de lo lejos que habían llegado, tanto en distancia como en lo que habían aprendido. Cada animal había dejado su huella en Copito. Al final de su travesía, llegó de regreso a su prado, pero no era el mismo; había cambiado de adentro hacia afuera.

"El verdadero viaje no es solo el destino, sino todo lo que aprendemos y compartimos en el camino"- reflexionó Copito mirando a sus amigos.

Y así, Copito siguió explorando, pero esta vez no solo el mundo, sino también la maravilla de la amistad y la importancia de aprender de los demás.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!