El Viaje de De Luis y Thiago
Era una mañana soleada cuando De Luis y Thiago, dos amigos aventureros, decidieron que era hora de cumplir su sueño: ¡ir al espacio! Con un cohete hecho de cartón y mucha imaginación, los chicos se elevaron en su propia nave espacial, cruzando nubes y estrellas.
Después de un emocionante viaje, aterrizaron en un planeta misterioso, lleno de colores y criaturas fantásticas. Pero lo que más les sorprendió fue una enorme batería, del tamaño de una montaña, que brillaba como el sol.
"¡Mirá, Thiago!" -exclamó De Luis-, "esa batería debe ser la que le da energía a la Tierra!"
"Sí, pero parece que se está agotando" -respondió Thiago, preocupado-.
Los chicos se acercaron y vieron que la batería tenía un indicador que marcaba 'bajo'. De Luis y Thiago comprendieron que si no hacían algo, pronto la Tierra se quedaría sin energía.
"¡Debemos hacer algo!" -dijo De Luis-. "Vamos a volver a la Tierra y enseñar a la gente cómo cuidar la energía".
Thiago asintió, entusiasmado por la idea.
"Sí, primero debemos preparar un plan" -dijo Thiago-. "Contemos a todos lo que hemos aprendido".
Así, los amigos se embarcaron nuevamente en su cohete y regresaron a su hogar. Al llegar, comenzaron a compartir su descubrimiento con sus familiares y amigos.
"Chicos, debemos cuidar nuestra energía. Apaguemos las luces cuando no las usemos y desconectemos los aparatos cuando terminemos" -explicó De Luis-.
"También podemos usar la energía del sol y el viento para ayudar" -agregó Thiago-.
Al principio, la gente estaba un poco escéptica, pero De Luis y Thiago organizaron un gran evento en el parque de la ciudad. Invitaron a todos a participar en juegos y actividades que mostraban cómo ahorrar energía.
"¡Vamos a hacer una competencia de apagar luces!" -sugirió De Luis-.
"Y también una carrera para ver quién puede plantar más árboles" -dijo Thiago-.
Con el tiempo, las ideas de los chicos comenzaron a calar hondo en la comunidad. Todos aprendieron a cuidar la energía con pequeños hábitos diarios, como usar menos agua caliente y reciclar.
Finalmente, los amigos pensaron que ya era hora de regresar al espacio y cargar la batería.
"Estamos listos para volver" -dijo De Luis con una sonrisa-.
"¡Sí! La batería estará agradecida por la energía que hemos ahorrado en la Tierra" -agregó Thiago mientras subían a su cohete.
Cuando llegaron de nuevo al enorme planeta y se acercaron a la batería, vieron que el indicador había mejorado un poco gracias a todos los esfuerzos de la gente.
"¡Lo hicimos!" -gritó Thiago-.
"Ahora, a cargarla como se debe" -respondió De Luis.
Los amigos conectaron su cohete a la batería y juntos comenzaron a cargarla. Los colores brillantes del planeta comenzaron a iluminarse aún más, como si la energía fluyera de nuevo. Cuando terminaron, la batería resplandecía y el indicador estaba lleno.
"¡Mirá, Thiago! La batería está llena!" -exclamó De Luis con alegría.
"Eso significa que la Tierra está a salvo por un tiempo más" -dijo Thiago, feliz.
Con su misión completada, De Luis y Thiago regresaron a la Tierra, donde fueron recibidos como héroes. La gente recordaba sus lecciones sobre el cuidado de la energía y se esforzaba cada día por ser más responsables.
"Nunca dejaremos de cuidar nuestro planeta" -dijo De Luis.
"Y siempre recordaremos que cada pequeño gesto cuenta" -agregó Thiago, mirando al cielo estrellado.
Y así, De Luis y Thiago aprendieron que cuidar la energía no solo era importante para su hogar y su planeta, sino también para la galaxia entera. Desde entonces, siempre miraban hacia el cielo con la esperanza de que un día, su aventura continuaría en otros mundos, manteniendo un planeta feliz y lleno de energía.
FIN.