El Viaje de dos Astronautas
Era una vez, en una galaxia no tan lejana, dos astronautas llamados Tico y Lila. Tico era un matemático apasionado, siempre vestido con detalles azules que lo hacían brillar como un asteroide en el espacio. Lila, por su parte, era una artista llena de color, con detalles rojos en su traje espacial que reflejaban su personalidad vibrante.
Un día, Tico decidió invitar a Lila a una cita especial. "¿Te gustaría comer un delicioso postre tres leches en la cafetería de la estación espacial?", preguntó Tico, mientras sus ojos azules relucían con emoción.
"¡Claro! El tres leches es mi favorito!", respondió Lila, sonriendo mientras sus ojos rojos brillaban como dos estrellas.
Esa tarde, los dos astronautas se sentaron en la terraza de la estación, disfrutando del dulce postre y de la hermosa vista del cosmos. Mientras compartían risas y anécdotas, Tico le habló de sus teorías matemáticas sobre las órbitas de los planetas, y Lila le mostró cómo inspirarse en las estrellas para su arte.
"Las estrellas cuentan historias que esperan ser contadas", decía Lila, dibujando constelaciones en su cuaderno.
"Y las matemáticas son la música del universo", añadió Tico, dibujando figuras geométricas en la arena de un pequeño asteroide.
El tiempo pasó volando, y así se acercó la festividad del 7 de Velitas, una noche decembrina llena de luces y felicidad. Tico estaba nervioso, pero también emocionado de pasar esa noche con Lila. Al caer la noche, la estación espacial brillaba con luces que reflejaban los colores del amor.
Tico llevó a Lila a un lugar especial, donde se podían ver las estrellas más brillantes. "Lila, hay algo importante que quiero hacer esta noche", dijo Tico, mientras sus manos temblaban un poco.
"¿Qué es?", preguntó Lila curiosa.
Con el corazón palpitante, Tico finalmente se acercó a Lila y dio su primer beso bajo el brillo de las estrellas. Fue un momento mágico, y ambos sintieron que el universo entero conspiraba para unirlos.
Después de esa noche, Tico y Lila siguieron compartiendo aventuras. Pero un día, un desafío llegó. Tico recibió una oferta para trabajar en un nuevo proyecto de matemáticas en un planeta lejano. "No sé si debo ir, Lila...", decía Tico, preocupado.
"Tico, esto es una gran oportunidad para ti. Además, las estrellas siempre nos unirán, sin importar la distancia", respondió Lila, poniendo su mano sobre la de él.
Así que Tico decidió ir. Aunque estaban separados, seguían enviándose mensajes a través de hologramas. Cada uno compartía sus aprendizajes y descubrimientos, y el amor que sentían seguía creciendo, como constelaciones en el cielo.
Finalmente, Tico regresó a la estación y encontró a Lila esperándolo con los brazos abiertos. "¡Volviste!", gritó ella con alegría.
"Y volví con una hermosa fórmula que me ayudó a entender el amor, un amor que se multiplica y nunca se divide", dijo Tico sonriendo.
Desde ese día, Tico y Lila siguieron explorando el universo juntos, creando arte y números, y descubriendo que el amor es la mayor aventura de todas.
Mientras viajaban por las estrellas, aprendieron que, aunque podían ser diferentes, esas diferencias los hacían más fuertes. Juntos, demostraron que el amor puede desafiar la distancia, y que en el vasto universo, siempre hay lugar para soñar y crear.
Y así, el matemático de detalles azules y la artista de detalles rojos vivieron felices, siempre creyendo en el amor que al igual que las estrellas, nunca se apaga.
FIN.