El Viaje de Emita y Monstruito hacia la Diversidad

Emita era una niña muy curiosa y aventurera. Siempre estaba en busca de nuevas experiencias que la llevaran a descubrir cosas interesantes.

Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, se encontró con un monstruo enorme y animal. - ¡Oh no! ¿Qué hago ahora? -pensó Emita. Pero para su sorpresa, el monstruo no parecía ser malvado en absoluto. Al contrario, parecía amigable y gentil.

- Hola Emita -dijo el monstruo con una voz grave pero amable-. Soy Monstruito y estoy aquí para llevarte al Paraíso. Emita no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Un Paraíso? ¿Existe realmente? - Sí, existe -respondió Monstruito a sus pensamientos-.

Y te llevaré allí si me acompañas. Sin dudarlo un segundo más, Emita aceptó la invitación de Monstruito y juntos emprendieron un viaje hacia el Paraíso.

En el camino se encontraron con otros monstruos amigables que los ayudaron a superar obstáculos como ríos caudalosos o montañas escarpadas. Finalmente llegaron al Paraíso y Emita quedó maravillada por todo lo que veía: árboles gigantes, flores multicolores, animales exóticos... Pero lo mejor de todo fue cuando llegaron al Colegio del Paraíso.

Allí había niños y niñas de todas partes jugando juntos sin importar sus diferencias culturales o físicas. Había juegos divertidos como carreras de sacos o escondidas entre las nubes. - Este es el Colegio más divertido y amigable que existe -dijo Monstruito-.

Aquí todos aprendemos a valorar la diversidad y a ayudarnos unos a otros. Emita se sintió muy feliz de estar allí, rodeada de amigos nuevos y aprendiendo cosas nuevas todos los días.

Y aunque extrañaba su hogar, sabía que había encontrado un lugar especial donde siempre sería bienvenida. Desde ese día, Emita visitaba el Paraíso con frecuencia y cada vez regresaba a casa llena de energía y entusiasmo por aprender más sobre el mundo.

Y así fue como se convirtió en una niña valiente, curiosa e inteligente gracias a sus aventuras junto a Monstruito y sus amigos del Paraíso.