El Viaje de Estela y el Cometa Curioso



En un pequeño pueblo llamado Estrellita, vivía una niña llamada Estela, que soñaba con las estrellas. Cada noche, salía al patio de su casa con su telescopio y una almohada para observar el cielo. Una noche, mientras miraba con detenimiento, vio algo extraño: un cometa que parecía tener vida propia.

"¡Mirá, mamá!" - gritó Estela con emoción "¡Esa estrella está moviéndose!"

Su madre salió al balcón y se quedó maravillada. "Es un cometa, Estela. Pero nunca había visto uno así. ¡Parece que está bailando!"

El cometa, cuyo nombre era Curioso, estaba buscando amigos para jugar y había notado la mirada fascinada de Estela. Así que decidió acercarse a la Tierra.

"¡Hola!" - exclamó Curioso al llegar, haciendo que las estrellas a su alrededor brillaran más intensamente.

Estela, sorprendida y emocionada, respondió "¡Hola! Nunca pensé que un cometa pudiera hablar. ¡Eres increíble! ¿Por qué viniste a verme?"

"Buscaba amigos para jugar, y quise ver si había alguien con el que pudiera compartir mis aventuras. ¿Quisieras venir conmigo a explorar el espacio?" - preguntó Curioso.

Estela sintió que su corazón latía con fuerza. ¡Explorar el espacio! ¿Quién podría resistirse a eso?"¡Sí!" - exclamó "¡Me encantaría! Pero, ¿cómo voy a ir?"

"Sube en mi cola, y te llevaré. ¡Abróchate el cinturón!" - dijo Curioso.

Así que Estela se sujetó fuerte, y en un abrir y cerrar de ojos, estaba viajando por el espacio, rodeada de asteroides y planetas de colores vibrantes.

Primero, llegaron a un planeta cubierto de chocolate. Estela no podía creerlo.

"¡Es un sueño!" - gritó mientras saltaba sobre montañas de dulce "¡Esto es fabuloso!"

"¡Eh! Espera!" - respondió Curioso mientras lavaba su cola "Es divertido, pero no debemos comer demasiado chocolate, ya que se sentirá mal después. ¡Ven, vamos a otro lugar!"

Volaron hacia un lugar donde la gravedad era diferente. Estela saltó y se sintió como un astronauta, fluyendo en el aire.

"¡Mira, Curioso! ¡Estoy volando!" - exclamó mientras daba vueltas en el aire.

"Es divertido, ¿verdad? Pero debes tener cuidado, a veces la fuerza de la gravedad puede jugarte una mala pasada. ¡Toma esto!" - dijo Curioso, entregándole un pequeño ancla que le ayudaría a volver al suelo.

Después de una serie de aventuras emocionantes, Estela se dio cuenta de que se había alejado un poco demasiado de Curioso.

"¡Curioso! ¡¿Dónde estás? !" - gritó asustada, mirando a su alrededor.

"Aquí estoy!" - respondió el cometa "¿Te asustaste?"

"Sí, un poco. Pensé que me había perdido" - dijo ella, tratando de no llorar.

"Es natural tener miedo, pero siempre hay que mantener la calma y valorar a los amigos. No hay razón para asustarse si estamos juntos" - dijo Curioso mientras la guiaba de nuevo a su lado.

Pronto, una hermosa nebulosa apareció ante ellos. Tenía colores brillantes y Estela se maravilló.

"Es hermoso" - susurró.

"Es una nube de polvo y gas que forma nuevas estrellas, Estela. Así como tú, cada uno tiene su objetivo en la vida y puede brillar si encuentra su lugar en el mundo" - explicó Curioso.

Después de un largo día de aventuras, Estela sabía que era hora de volver.

"Curioso, gracias por todo. Me encantó explorar, pero creo que mi familia debe estar preocupada por mí" - dijo Estela con una sonrisa.

"Tienes razón, pequeña. Pero recuerda: el universo es enorme, y siempre podrás volver a visitarme."

Estela tomó un profundo respiro y, en un parpadeo, ya estaba en su patio, mirando al cielo estrellado.

"¿Fui realmente al espacio?" - se preguntó a sí misma mientras sonreía.

"Sí, lo hiciste. Y llevarás siempre contigo esa chispa de curiosidad" - murmuró mientras miraba una nota que había caído de su bolsillo: "El universo es tu patio de juegos, nunca dejes de explorar".

Desde ese día, Estela supo que aunque el cometa Curioso había regresado al espacio, el verdadero viaje apenas comenzaba para ella. Comenzó a aprender sobre astronomía, a pedirle a su profesor que le enseñe más sobre el espacio y a compartir sus historias con sus amigos. Al final del año, organizó una noche de estrellas para todos en su barrio. Así, Estela no solo mantuvo su curiosidad, sino que ahora inspiraba a otros a soñar en grande y nunca dejar de aventurarse a nuevas posibilidades.

Y así, cada vez que miraba el cielo nocturno, sabía que Curioso estaba allí, brindándole sus luces y aventuras desde muy lejos.

FIN.

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