El viaje de Eugene hacia la amistad

Eugene era un chico solitario que pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación, sin amigos ni vida social. Una noche, mientras dormía, tuvo un sueño donde cuestionaba su existencia y anhelaba tener amigos.

Al despertar, decidió cambiar su vida. Salió de su habitación y tomó el tren en la estación de metro hacia la ciudad. En el camino, se detuvo en una hermosa florería y decidió comprar un ramo de flores para regalar.

Llegó a una aula en la que observó a un grupo de niños riendo y jugando. Con determinación, Eugene se acercó con el ramo de flores en la mano y les ofreció su amistad. Los niños, sorprendidos, aceptaron encantados.

Juntos, fueron al patio de recreo y Eugene descubrió que la amistad y la alegría estaban siempre a su alcance, solo tenía que salir de su habitación y buscarlas.