El viaje de Fabian



Fabian se encontraba en un planeta desconocido, rodeado de criaturas extrañas y peligrosas. Había pasado tanto tiempo desde que había sido absorbido por el agujero negro que ya ni recordaba cómo había llegado allí.

Lo único que sabía era que estaba solo y lejos de casa. Mientras exploraba el planeta en busca de alguna pista sobre cómo regresar a la Tierra, Fabian se topó con una pequeña criatura verde que parecía asustada.

La criatura intentó huir, pero Fabian la alcanzó y le habló con suavidad:- No tengas miedo, no te haré daño - dijo Fabian. La criatura lo miró con desconfianza, pero al ver que no tenía intenciones hostiles, decidió quedarse a hablar con él.

Descubrió que la criatura se llamaba Piojo y vivía en ese planeta desde siempre. Piojo le explicó a Fabian que las diferentes razas del espacio estaban constantemente luchando entre sí por recursos y territorios.

Pero también le contó algo importante: cada raza tenía una habilidad única que los hacía especiales. - ¿Y cuál es mi habilidad? - preguntó Fabian curioso. - Eso debes descubrirlo tú mismo - respondió Piojo sonriendo.

Fabian entendió entonces que para sobrevivir en ese lugar debía aprender a usar sus propias habilidades y encontrar su lugar dentro de esa compleja sociedad intergaláctica. Así comenzaron las aventuras de Fabian en ese planeta desconocido.

Se enfrentó a todo tipo de peligros: monstruos gigantes, guerreros alienígenas, y hasta un volcán en erupción. Pero siempre encontraba la manera de superarlos gracias a su ingenio y valentía. Con el tiempo, Fabian se dio cuenta de que esa experiencia lo había cambiado para siempre.

Ya no era el mismo niño triste y temeroso que había salido corriendo de su casa hace tanto tiempo.

Ahora era un guerrero intergaláctico con una misión: encontrar la forma de regresar a casa y demostrarle a todos que él no era el chico débil e indefenso que habían creído. Un día, mientras exploraba una cueva en busca de algún objeto útil, Fabian encontró algo sorprendente: una nave espacial abandonada. Con mucho esfuerzo logró repararla y ponerla en marcha.

- ¡Lo logré! - gritó emocionado al ver cómo la nave despegaba del planeta. Fabian sabía que aún le quedaban muchos desafíos por enfrentar antes de poder volver a casa, pero estaba seguro de que ahora tenía las herramientas necesarias para hacerlo.

Y así fue como Fabian aprendió una valiosa lección: incluso en los momentos más oscuros, siempre hay algo bueno esperando si uno está dispuesto a buscarlo con perseverancia y coraje.

FIN.

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