El viaje de Fenix



Había una vez en un hermoso bosque de Argentina, un pequeño ave llamado Fenix. Fenix era diferente a las demás aves, ya que tenía plumas de colores brillantes y resplandecientes como el fuego.

Su canto era tan melodioso que todos los animales del bosque se detenían a escucharlo. Un día, mientras Fenix volaba por el cielo azul, una ráfaga de viento fuerte lo arrastró hacia un lugar desconocido.

El pobre Fenix estaba perdido y no sabía cómo regresar a su hogar. Desesperado, comenzó a buscar ayuda. De repente, escuchó una voz suave y dulce proveniente de entre los árboles: "¡Hola! ¿Necesitas ayuda?". Era Luna, la amable lechuza del bosque.

Fenix bajó hasta donde estaba Luna y le contó su triste historia. Luna sintió compasión por él y decidió ayudarlo. Juntos emprendieron un viaje para encontrar el camino de regreso al hogar de Fenix.

Durante su aventura, se encontraron con diferentes animales del bosque que también querían ayudarlos. Conocieron a Mateo, el zorro astuto; Martina, la ardilla veloz; y Pancho, el oso amigable. "¿Cómo podemos ayudarte?" preguntaron todos emocionados al pequeño ave fenix.

Fenix les explicó que necesitaba encontrar una montaña muy alta llamada Cerro Aconcagua para poder volver a casa. Todos juntos se pusieron en marcha hacia esa dirección. Sin embargo, cuando llegaron al pie del cerro Aconcagua se encontraron con un gran problema.

El camino estaba bloqueado por una enorme roca que les impedía el paso. "¡Oh no! ¿Cómo vamos a llegar a la cima?" exclamó Fenix preocupado. En ese momento, Martina tuvo una idea brillante.

Recordó que tenía una pequeña pala en su escondite y decidió cavar un túnel bajo la roca para poder pasar. Todos se pusieron manos a la obra y, después de mucho esfuerzo, lograron abrirse paso hacia la montaña.

Una vez en la cima del cerro Aconcagua, Fenix sintió una energía especial y supo que estaba cerca de su hogar. Mirando al horizonte, vio un destello de luz brillante y supo que era su familia esperándolo.

Luna, Mateo, Martina y Pancho estaban felices de haber ayudado a Fenix a encontrar su camino de regreso. Y aunque iba a extrañarlos mucho, sabía que siempre tendrían un lugar especial en su corazón.

Después de despedirse con abrazos y lágrimas de alegría, Fenix voló hacia el cielo junto a su familia. Desde ese día en adelante, las melodías mágicas del ave fenix resonaron nuevamente en el bosque argentino y todos los animales vivieron felices sabiendo que nunca están solos cuando tienen amigos dispuestos a ayudarlos.

Y así termina nuestra historia sobre el valiente Ave Fenix quien demostró que con ayuda y amistad cualquier obstáculo puede ser superado.

FIN.

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