El viaje de Jhojan hacia la decisión



En un pequeño pueblo llamado Alegría, vivía un chico llamado Jhojan. A diferencia de sus amigos, Jhojan tenía un pequeño problema: le costaba mucho tomar decisiones. Cada vez que tenía que elegir algo, se sentía abrumado y esperaba a que los demás decidieran por él.

Un día, mientras jugaban en el parque, sus amigos Planeta y Estrella empezaron a hablar sobre qué hacer ese fin de semana.

"Podemos ir al cine a ver la película de aventuras que tanto queríamos" - sugirió Planeta.

"O podríamos ir al lago a pescar, es muy divertido" - agregó Estrella.

Jhojan miraba a sus amigos con los ojos muy abiertos.

"¿Y qué opinás, Jhojan?" - le preguntó Planeta.

Jhojan se sintió nervioso. No quería desentonar.

"A mí me da lo mismo" - respondió, encogiéndose de hombros.

Planeta y Estrella, acostumbrados a decidir por él, eligieron ir al cine. Jhojan les siguió sin decir nada, aunque en el fondo le hubiera encantado pasar tiempo junto al lago.

Esa misma tarde, mientras iban camino al cine, Jhojan vio a una anciana con problemas para llevar sus compras a casa.

"¿Te gustaría ayudarnos?" - le preguntó Estrella, al ver que se detuvieron.

"¡Ay, sí, por favor!" - respondió la anciana con una sonrisa.

Los tres chicos ayudaron a la anciana.

"Gracias, chicos. Ustedes son muy amables" - le dijo la mujer, y de repente se le iluminó el rostro. "¿Les gustaría escuchar una historia sobre un valiente caballero que aprendió a tomar decisiones?"

Los chicos, intrigados, se sentaron alrededor de la anciana.

"Érase una vez un caballero llamado Valerius" - empezó a contar. "Tenía que elegir entre luchar contra un dragón y salvar su reino o quedarse en casa y vivir una vida tranquila. Siempre le daba miedo decidir, hasta que un día se dio cuenta que, al quedase en casa, nunca experimentarías aventuras. Así que decidió enfrentarse al dragón, y aunque al principio le costó, descubrió que era más valiente de lo que pensaba".

Después de escuchar la historia, Jhojan se sintió conmovido. Su corazón latía rápido.

"¡Yo quiero ser como Valerius!" - exclamó.

Sus amigos lo miraron sorprendidos.

"Pero Jhojan, ¿cómo podés ser valiente si siempre dejas que otros decidan por vos?" - dijo Estrella con tono de preocupación.

Jhojan se sintió un poco mal por lo que Estrella había dicho. Pero en su mente resonaba la frase de la anciana: "Descubrirás que eres más fuerte de lo que pensás".

Esa noche, Jhojan se quedó pensando. Decidió que, al día siguiente, iba a enfrentar algo que le daría miedo: elegir qué jugar con sus amigos. Cuando llegaron al parque, Jhojan, con una sonrisa en el rostro, se acercó a ellos.

"¡Hoy elijo yo!" - dijo, con un tono decidido. "Vamos a jugar a ser piratas y buscar un tesoro".

Sus amigos se miraron sorprendidos pero emocionados.

"¡Súper!" - chillaron al unísono y comenzaron a jugar.

El juego fue divertidísimo. Jhojan nunca había sido tan feliz jugando. Pronto, se dio cuenta de que había tomado una gran decisión, y no sólo eso, sino que había traído alegría a sus amigos.

Con el pasar de los días, Jhojan siguió practicando tomar decisiones, ya sea elegir entre futbol o básquet, o qué sabor de helado comprar. Su confianza crecía cada día más. Un día, en el almuerzo, le dijo a su mamá:

"Quiero decidir qué quiero comer hoy".

Su madre sonrió orgullosa y accedió. Jhojan eligió pizza, mientras todos a su alrededor aplaudían su elección.

Así, el chico que alguna vez no sabía tomar decisiones empezó a llenarse de valentía y determinación. No solo se transformó en un líder entre sus amigos, sino que encontró el poder dentro de sí mismo para elegir su propio camino.

Jhojan aprendió que todas las decisiones, por pequeñas que sean, son valiosas y que, aunque a veces puede dar miedo elegir, en el fondo siempre se puede hallar un tesoro escondido en la aventura de decidir. Y así, el viaje de Jhojan nos enseña que ser valiente no significa no tener miedo, sino aprender a enfrentarlo y tomar el control sobre nuestras propias vidas.

Y colorín colorado, ¡el viaje de decisiones ha comenzado!

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!