El viaje de Juan en busca de un hogar


Juan era un hombre amable y trabajador que había vivido en un pequeño departamento durante años. Sin embargo, su deseo siempre fue tener una casa propia con un jardín donde pudiera cultivar flores y vegetales. Decidió emprender un viaje en busca del lugar perfecto para construir su hogar.

Con una mochila al hombro y un mapa en la mano, Juan partió en busca de aventuras. Durante su viaje, conoció a personas muy amables que le ofrecieron ayuda y consejos.

- ¡Hombre, estás buscando un hogar! -exclamó Doña Rosa, una señora con un sombrero colorido. -Yo conozco un lugar maravilloso donde el sol brilla todos los días y el aire huele a flores. Sigue el camino de baldosas amarillas y llegarás allí.

Animado por las palabras de Doña Rosa, Juan siguió el camino de baldosas amarillas y se encontró con un campo lleno de girasoles. El paisaje era extraordinario, pero Juan sentía que ese no era el lugar que buscaba. Decidió seguir su viaje.

Caminó por largos caminos, atravesó ríos y montañas, y conoció a muchos animales y personas que lo ayudaron en su búsqueda. Al final, llegó a un valle verde y frondoso, donde descubrió un pequeño terreno perfecto para construir su casa. Con gran emoción, Juan se puso manos a la obra y, poco a poco, su casa fue tomando forma. Plantó su jardín, cuidó de sus flores y vio crecer sus vegetales. Juan finalmente encontró su hogar, un lugar donde la felicidad crecía tanto como su jardín.

Y así, Juan comprendió que el verdadero hogar no es solo un lugar físico, sino un espacio donde el amor, la esperanza y la paciencia florecen cada día.

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