El Viaje de Juan hacia la Confianza



Era una mañana luminosa en el barrio de Juan. El sol brillaba y las aves cantaban, pero Juan se sentía inquieto. Su papá tenía que salir a trabajar, y su mamá a llevar a su abuela al médico. "¿Y si no vuelven pronto?" - pensaba Juan, con el ceño fruncido mientras miraba por la ventana.

Mientras sus padres se preparaban para salir, su papá se agachó y le dijo: "Juan, recuerda siempre que aunque no estemos aquí, siempre estamos contigo en pensamiento y amor. Siempre estamos a tu alrededor."

"Pero papá, me siento solo cuando no están" - respondió Juan, un poco angustiado.

Su mamá le sonrió y añadió: "A veces las personas que amamos se van, pero el amor siempre queda, y puedes sentirlo en tu corazón."

Juan no estaba tan convencido, pero se despidió de sus padres. Mientras estaban fuera, decidió salir a jugar con sus amigos. A medida que se divertía, se dio cuenta de que no se sentía tan solo como pensaba. Rió, corrió y estuvo tan atrapado en sus juegos, que se olvidó de la angustia inicial.

De repente, mientras jugaban al escondite, Juan se encontró con su amigo Nico. "¡Hola, Juan! Te estaba buscando. Quería hablarte de algo."

"¿De qué?" - preguntó Juan.

"Mi abuela siempre me dice que aunque no siempre podemos ver a quienes amamos, ellos siempre están con nosotros, como un abrazo invisible. No sé, no sé si lo entiendas." - dijo Nico, encogiéndose de hombros.

Juan pensó un momento. "Tal vez, pero yo quiero ver a mis papás. A veces me da miedo no tenerlos cerca."

Nico miró alrededor y vio a una paloma en el parque. "Mirá esa paloma. Puede que no esté con su familia, pero vuela feliz. Sabe que a donde quiera que vaya, siempre llevará consigo el amor de su mamá paloma."

Juan nunca había pensado de esa forma. "¿Sabés? Me gusta eso. Creo que puedo llevar el amor de mis papás conmigo como la paloma."

Entonces, al volver a casa, Juan encontró una manera de sentir a sus padres cerca de él. Decidió crear un álbum de recortes donde pegaría fotos de ellos, dibujos, y escribiría mensajes que sentía, como "Te quiero mamá" o "Eres el mejor papá". Cada vez que se sintiera solo, miraría su álbum y recordaría que no necesitaba estar físicamente cerca de sus padres para sentir su amor.

Con el tiempo, Juan se dio cuenta de que su amor por ellos era tan fuerte que nunca se iría, sin importar la distancia. Al siguiente día, se acercó a su papá con su nuevo álbum.

"¡Mirá! Hice esto para recordarte siempre. Ahora nunca me siento solo."

El papá de Juan sonrió y le dio un abrazo. "Eso es maravilloso, Juan. Recuerda, siempre que necesites un abrazo, solo abre ese álbum."

Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Juan pensó en todo lo que había aprendido. "No importa cuánto tiempo estemos separados, siempre llevamos el amor de quienes amamos."

Y así, poco a poco, comenzó a sentir una gran alegría en su corazón, sabiendo que el amor que compartía con sus padres era su mayor tesoro. Un tesoro que lo acompañaría en cada uno de sus días, incluso en aquellos en que no podían estar físicamente a su lado.

Desde entonces, Juan jugó mucho más feliz y cada vez que los extrañaba, se acercaba a su álbum, recordando con una sonrisa el amor que los unía, un amor que nunca se pierde.

FIN.

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