El viaje de Juan y el cisne Pati



Había una vez un gato llamado Tito y su dueño, Juan. Tito era un gato muy juguetón y cariñoso, siempre estaba al lado de Juan haciéndole compañía.

Pero un día, cuando Juan llegó a casa después de la escuela, se dio cuenta de que Tito no estaba por ningún lado. Juan comenzó a buscar en cada rincón de la casa, debajo del sofá, detrás de las cortinas e incluso en el armario.

Pero no había rastro de Tito. Preocupado y triste, Juan decidió emprender un viaje para encontrar a su amado gato. Juan tomó su mochila con algunas provisiones y salió a recorrer el vecindario en busca de pistas sobre el paradero de Tito.

En su camino, encontró a varios vecinos que le dijeron haber visto a Tito merodeando por los jardines cercanos. Con esperanza renovada, Juan siguió las indicaciones y llegó a un hermoso parque lleno de árboles altos y flores coloridas.

Allí encontró a una señora mayor alimentando a unos pájaros. "Disculpe señora, ¿ha visto usted algún gato por aquí?", preguntó Juan con voz temblorosa.

La señora sonrió y respondió: "Sí, hace poco vi pasar un gatito negro muy simpático cerca del lago". Juan le dio las gracias y corrió hacia el lago. Cuando llegó allí vio cómo una bandada de patitos nadaba tranquilamente mientras buscaban comida entre los juncos. "¡Tito! ¡Tiiitoooo!" -gritaba Juan desesperado.

De repente, un patito salió de entre los juncos y comenzó a seguir a Juan. El patito era pequeño y tenía plumas negras, parecía confundido pero muy curioso.

"¡Eres tú, Tito!" -exclamó Juan emocionado"¿Qué haces aquí?"El patito movió su cabecita como si estuviera diciendo "sí". Parecía que Tito se había transformado en un pato. Sin pensarlo dos veces, Juan decidió llevarse al nuevo amigo a casa.

Durante el camino de regreso, Juan le puso el nombre de Pati al pato. Juntos vivieron muchas aventuras y se hicieron inseparables. Pati demostraba ser tan cariñoso y juguetón como lo había sido Tito. Con el tiempo, Pati creció y se convirtió en un hermoso cisne negro.

Su elegancia era asombrosa y todos en el vecindario quedaban maravillados al verlo nadar por el lago cercano. Juan aprendió una valiosa lección durante ese viaje: la amistad no tiene límites ni formas preestablecidas.

A veces las cosas cambian, pero eso no significa que sean menos especiales o importantes. Y así fue cómo Juan encontró a su querido gato desaparecido convertido en un hermoso cisne negro llamado Pati.

Juntos siguieron disfrutando de la vida y enseñándole a todos que la verdadera amistad puede surgir de las situaciones más inesperadas.

FIN.

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