El viaje de Julieta y la Almohada Sustentable
Julieta era una niña curiosa y soñadora que vivía cerca del mar. Un día, mientras paseaba por la playa, encontró una almohada abandonada. La recogió y decidió llevársela a casa para darle una nueva vida.
Al llegar a su hogar, la llamó Luna, porque era suave como la luz de la luna. Julieta amaba la naturaleza y siempre buscaba formas de cuidarla, así que se propuso hacer de Luna una almohada sustentable.
Buscó telas recicladas y rellenó la almohada con materiales ecológicos. -¿Qué estás haciendo, Julieta? -preguntó su mamá sorprendida. -Estoy convirtiendo a Luna en una almohada sustentable, mamá. Quiero cuidar el planeta. Así que Julieta cosió con amor y cuidado, convirtiendo a Luna en la primera almohada sustentable.
A medida que pasaba el tiempo, Julieta y Luna se hicieron inseparables, y la niña siempre hablaba de la importancia de cuidar el medio ambiente.
Un día, mientras jugaban en la playa, se encontraron con Mar, una sirena preocupada por la contaminación del océano. -Hola, Mar. Soy Julieta, y esta es Luna, mi almohada sustentable. Estamos comprometidas con el cuidado del planeta. -dijo Julieta con entusiasmo. -Es maravilloso ver cómo te preocupas por el océano.
Necesitamos que más personas se unan a esta causa. ¿Podrían ayudarme a limpiar la playa y educar a otros sobre la importancia de mantener nuestros océanos limpios? -preguntó Mar con esperanza en sus ojos. Sin dudarlo, Julieta y Luna se unieron a Mar en su misión.
Organizaron jornadas de limpieza, charlas educativas y actividades para concienciar a la comunidad sobre la importancia de un planeta limpio y saludable.
Con el tiempo, más personas se unieron a su causa, y la playa volvió a recuperar su belleza natural. Mar, Julieta y Luna se convirtieron en un equipo imparable, trabajando juntos para proteger el medio ambiente. Y así, con esfuerzo y dedicación, lograron crear un impacto positivo en su comunidad.
Desde entonces, Julieta, Luna y Mar se convirtieron en un símbolo de inspiración para cuidar la naturaleza, demostrando que cualquier pequeño gesto puede marcar la diferencia en el mundo.
FIN.