El Viaje de la Amistad
Era un día soleado en el aula de la escuela del barrio. Marco, el responsable y comprometido, se encontraba organizando un proyecto escolar sobre el medio ambiente. Él siempre estaba dispuesto a ayudar y tenía grandes ideas sobre cómo hacer del mundo un lugar mejor. María José, feliz y ordenada, era su compañera de trabajo favorita, ya que le encantaba tener todo en su lugar y siempre aportaba ideas brillantes.
Un día, mientras estaban en plena planificación, Daniel, el mandón que no siempre se comportaba adecuadamente, se unió a ellos. "Che, ¿por qué no hacemos esto como yo digo? Yo sé mejor cómo se hacen las cosas."-
Marco, con su actitud responsable, le dijo: "Pero Daniel, aquí todos tenemos que aportar. Si cada uno comparte sus ideas, nuestro proyecto será más creativo."-
María José, siempre positiva, agregó: "Sí, Daniel. Trabajemos juntos. Cada uno tiene algo especial que aportar. A lo mejor, mezclamos nuestras ideas y hacemos algo increíble."-
Daniel, viendo que no podía dominar la conversación, frunció el ceño pero decidió quedarse callado.
Pero entonces, apareció Yaina, la más grosera e irrespetuosa del grupo. Entró al aula dando portazos y protestando.
"¿Por qué siempre tienen que hacer todo tan complicado? Hagan lo que yo diga y listo. No tengo tiempo para sus tonterías."-
Marco, sintiendo que la situación se complicaba, respiró hondo. "Yaina, entiendo que estás apurada, pero también es importante escuchar a los demás. El trabajo en equipo significa que podemos hacer las cosas de una manera más divertida y interesante."-
Yaina, con una sonrisa sarcástica, respondió: "Eso es lo más aburrido que escuché. Hagan lo que quieran, yo haré lo mío."-
María José, sin perder la calma, pensó en una manera de incluir a Yaina. "¿Y si hacemos una lluvia de ideas? Todos podemos compartir algo y así elegimos las mejores partes para nuestro proyecto. Prometo que será divertido, Yaina.”-
A pesar de que Yaina dudaba, se sintió un poquito intrigada. "Está bien, voy a escuchar, pero no prometo nada."-
A medida que el grupo comenzó a compartir ideas, Daniel se sintió incómodo porque nadie quería seguir sus órdenes. Marco y María José aportaron ideas maravillosas sobre cómo cuidar el medio ambiente. Mientras tanto, Yaina, aunque al principio criticaba todo, comenzó a compartir sus propias ideas sobre cómo reciclar.
"Tal vez, si juntamos botellas de plástico y las pintamos, podríamos hacer algo divertido para el patio,"- sugirió Yaina, sorprendiendo a todos.
"Esa es una excelente idea, Yaina!"- exclamó María José, sonriendo.
Marco se dio cuenta de que la situación estaba tomando un giro positivo. "Así se habla, Yaina. Lo que importa es que cada uno de nosotros está dando lo mejor para nuestro proyecto."-
La dinámica del grupo comenzó a cambiar. Daniel, que se había sentido desplazado, empezó a darse cuenta de que al trabajar en equipo, podía aprender a escuchar también a los demás. "Supongo que puedo darles una oportunidad, aunque pongan muchas ideas. Quizás se vuelva interesante,"- dijo con un tono más amigable.
A medida que los días pasaban y avanzaban con su proyecto, la paciencia y el entendimiento entre todos los integrantes del grupo fue creciendo. Yaina incluso comenzó a recibir elogios por su creatividad.
Finalmente, el día de la presentación llegó y todos estaban emocionados. Marco, María José, Daniel y Yaina trabajaron en conjunto y presentaron un proyecto innovador que destacó el reciclaje y el cuidado del medio ambiente. La maestra los felicitó por su trabajo en equipo y les dijo que habían hecho un gran esfuerzo.
Esa fue la primera vez que Daniel y Yaina se sintieron parte de algo especial al colaborar en grupo. Aprendieron que compartir ideas y escuchar a los demás era también una forma de ser un buen amigo.
"¡Lo hicimos!"- gritó María José, feliz.
"Es verdad, el trabajo en equipo realmente puede ser divertido,"- dijo Yaina, sonriendo por primera vez sin sarcasmos.
"Nos tenemos que seguir apoyando unos a otros,"- concluyó Marco orgulloso.
Y así, el grupo comprendió que a veces las cosas no salen como uno quiere, pero cuando se trabaja en conjunto, siempre se logra un resultado maravilloso. Desde ese día, Yaina, Daniel, Marco y María José se convirtieron en grandes amigos y comenzaron a trabajar juntos en muchos otros proyectos, siempre aprendiendo a escucharse y valorarse mutuamente.
FIN.