El Viaje de la Amistad



Había una vez, en un colorido barrio de México, vivía una niña llamada Vannesita. Con su cabello rizado y ojos chispeantes, ella tenía un gran sueño: viajar a Colombia, el país de su amiga más querida, Joha. Joha era una niña alegre que vivía en Bogotá y siempre hablaba de las maravillas de su ciudad y de su cultura.

Un día, mientras Vannesita dibujaba en su cuaderno, tuvo una idea: "-¿Y si invito a Joha a venir a México?". Decidida, escribió una carta y la envió a través de un cartero mágico que conocía, quien prometió hacerla llegar rápidamente.

Mientras tanto, en Colombia, Joha recibió la carta y se emocionó mucho. "-¡Qué hermoso! ¡Voy a México!", gritó mientras saltaba de alegría. Sus padres la apoyaron y empezaron a preparar todo para el viaje.

Finalmente, el día llegó y Joha aterrizó en el aeropuerto de México. Vannesita la esperaba con un cartel y un enorme abrazo. "-¡Bienvenida, Joha! Te he preparado muchas sorpresas!".

Las dos amigas comenzaron a explorar la ciudad. Fueron a un mercado lleno de colores y sabores. "-¡Mirá todas estas frutas! Nunca había visto tantas!", dijo Joha con la boca abierta.

Después de un rato de recorrer juntos, decidieron que era hora de hacer un viaje a la playa. Juntas, hicieron un castillo de arena increíble y jugaron con las olas. Pero, mientras se divertían, Vannesita se dio cuenta de que había olvidado traer su sombrero.

"-¡Oh no! Mi sombrero!", exclamó. Joha la miró con preocupación. "-No te preocupes, podemos buscarlo juntos". Así que comenzaron a buscarlo por toda la playa, pero no había señales del sombrero.

Al llegar a la playa, conocieron a unos niños jugando con una pelota. "-¿Vimos un sombrero por aquí?", les preguntaron. Los niños respondieron: "-Sí, lo vimos volar!". Vannesita se sintió triste. "-¡Pero es mi favorito!". Joha la abrazó. "-No te pongas triste, hagamos un nuevo sombrero con lo que encuentres". Juntas, recolectaron conchas, hojas y flores. Crearon un sombrero aún más bonito y especial.

Vannesita sonrió, "-¡Mirá! ¡Es el sombrero más lindo del mundo!". Joha riendo, respondió: "-Y lo mejor es que lo hicimos juntas!". Vieron que a otros niños también les gustaba su creación, así que decidieron hacer más sombreros.

Durante el resto de su tiempo juntas, Vannesita y Joha aprendieron a valorar cada momento. Conocieron a otros niños en México, intercambiaron historias y tradiciones. Joha enseñó a Vannesita a bailar salsa, mientras que ella le mostró el baile del mariachi.

Pero el momento más emocionante llegó cuando las dos amigas decidieron que querían hacer un festival de la amistad, donde los niños de cada país pudieran compartir lo que amaban. Organizaron actividades, juegos y comidas típicas. La fiesta fue un gran éxito, llenando el aire de risas y amor.

Pero había un problema: faltaban algunos materiales para las manualidades. “-¡Oh no! No tenemos suficientes colores! ”, se preocupó Vannesita. Joha, optimista, dijo: “-¡Tranquila! Siempre podemos pedir ayuda a nuestros nuevos amigos! ” Así que fueron corriendo a ver si los niños querían colaborar.

Todos se sumaron con entusiasmo y, en poco tiempo, arreglaron el problema. Cada niño trajo algo: papel de colores, pinturas y hasta pinceles. El festival se convirtió en el lugar más alegre de la ciudad, lleno de colores y sonrisas.

Al final de la fiesta, Vannesita miró a Joha y le dijo: “-No puedo creer lo que hicimos juntas. ¡Esto es sólo el comienzo de nuestra amistad! ” Joha sonrió, y respondió: “-Así es, Vannesita. Y siempre podemos cruzar el mar para estar juntas”.

Desde ese día, Vannesita y Joha supieron que, sin importar la distancia, la amistad y el amor siempre serían más fuertes. Y aunque una vivía en México y la otra en Colombia, su corazones estaban siempre unidos en cada aventura que compartían.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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