El viaje de la ardilla y la bellota



En lo más profundo del bosque vivía un hermoso árbol llamado Torombolo. Torombolo era un árbol muy sabio que siempre cuidaba de las criaturas que habitaban en sus ramas.

Un día, una pequeña ardilla llamada Pancho decidió emprender un viaje en busca de una misteriosa bellota que le habían contado que poseía poderes mágicos.

"Hola, Torombolo, me he enterado de que hay una bellota mágica en algún lugar del bosque y quiero encontrarla para que me conceda un deseo", dijo Pancho emocionado. "Eso suena muy interesante, Pancho. Te ayudaré en tu búsqueda, pero ten cuidado con la serpiente Venenosa que merodea por el bosque", advirtió Torombolo. Pancho asintió y se adentró en el bosque.

Después de buscar durante horas, Pancho encontró la bellota resplandeciente en el suelo. Justo cuando iba a tomarla, la serpiente Venenosa apareció. "¡Ja, ja, ja! Esa bellota es mía, ardillita.

Pero si me traes tres rayitos de sol, te la cambio por tres bellotas normales", dijo la serpiente con malicia. Pancho sabía que el sol era imposible de atrapar, pero no se rindió. Decidió pedir ayuda a sus amigos del bosque. La ardilla y el árbol organizaron un plan para capturar tres rayitos de sol.

Trabajaron en equipo; la ardilla trepaba por las ramas del árbol, la serpiente cuidaba las bellotas y el árbol guiaba a Pancho hacia el sol.

Después de varios intentos, lograron atrapar tres rayitos de sol y se los llevaron a la serpiente. La serpiente, sorprendida y humillada, entregó la bellota resplandeciente. Pancho, agradecido con sus amigos, decidió plantarla en lo alto de Torombolo, convirtiéndola en la fuente de vida del bosque.

Desde ese día, el bosque siempre estuvo lleno de magia y alegría. Y Pancho aprendió que con la ayuda de sus amigos, todo era posible.

FIN.

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