El viaje de la Casa Invisible



Era un día soleado en el tranquilo pueblo de Villa Colorida. En una esquina olvidada, había una casa que todos conocían, pero que nadie podía ver. Eso era porque la Casa Invisible, como la llamaban, tenía un secreto: se movía de un lugar a otro, siempre ocultándose de las miradas curiosas de los habitantes del pueblo.

Un día, un joven mago llamado Simón decidió que era hora de descubrir la verdad. Siempre le habían fascinado las historias sobre la Casa Invisible, así que se calzó unas zapatillas veloces que le regaló su abuela. Estas mágicas zapatillas le permitirían correr tan rápido como el viento.

Con el corazón palpitante, Simón se acercó a la ubicación donde muchos decían que solía aparecer la casa. "¡Casa Invisible!"- gritó, haciendo eco en el aire. Una brisa suave le respondió. Y de repente, en un destello de luz, la casa apareció ante él.

Simón, sorprendido pero emocionado, entró. Allí, encontró un mundo increíble lleno de libros flotantes, pinturas que contaban historias y una biblioteca que parecía no tener fin. En el centro del salón, un enorme gigante con tres ojos lo miraba con curiosidad. "Hola, pequeño mago. Soy Giga, el guardián de la Casa Invisible. He estado esperándote."- dijo el gigante con voz profunda y amistosa.

"¿Esperándome? ¿Por qué?"- preguntó Simón, asombrado.

"He observado que tienes un gran potencial y que el mundo necesita magia y sueños. Pero necesitarás algo más que tus zapatillas para nuestra aventura"- explicó Giga, señalando a un viejo coche volador que flotaba a su lado.

El coche volador era un vehículo mágico, capaz de surcar los cielos y explorar lugares lejanos. "Te llevaré a un mundo especial donde aprenderás sobre la amistad, la valentía y el poder de la imaginación"- dijo Giga.

Sin pensarlo dos veces, Simón subió al coche volador junto a Giga. Al arrancar el motor, se elevaron por los cielos. El paisaje cambiaba mientras viajaban. Desde las nubes, Simón vio un bosque de colores brillantes que parecía de otro mundo.

"¿Dónde estamos?"- preguntó Simón, emocionado.

"Estamos en el Reino de los Sueños, donde las historias cobran vida. Aquí podrás aprender que con amistad y coraje, se pueden enfrentar cualquier obstáculo"- respondió Giga mientras tomaba el control del volante.

De repente, una sombra se cernió sobre ellos. Era un dragón de escamas plateadas que vigilaba los cielos del Reino. "¡El dragón de los miedos!"- exclamó Giga. "Te desafía a demostrar que la valentía vence cualquier temor."-

Simón sintió cómo el miedo se apoderaba de él. Pero recordando las historias que había leído en la Casa Invisible y con la ayuda de Giga, decidió enfrentarlo. "Yo no tengo miedo"- dijo con determinación.

Al acercarse al dragón, Simón se dio cuenta de que también llevaba una tristeza en su mirar. "¿Por qué asustas a los demás?"- preguntó Simón, con un tono amigable. "Nadie entiende mi cumpleaños y estoy solo. Lucho con mi fuego para no hacerles daño"- respondió el dragón.

Simón, con su corazón lleno de compasión, tuvo una idea. "Podemos celebrar tu cumpleaños juntos. La amistad y la comprensión pueden ayudar a desvanecer tus temores."-

Giga sonrió, y el cielo se llenó de luces mientras Simón y el dragón planificaban la fiesta. Al final, el dragón, ahora amigo de Simón, se unió a ellos con gusto en la celebración, transformando la tristeza en felicidad.

La aventura continuó, y juntos, Simón, Giga y el dragón visitaron muchos lugares en el Reino de los Sueños, aprendiendo lecciones valiosas sobre la amistad, el valor y cómo hacer frente a los miedos.

Al final del día, Simón regresó a la Casa Invisible con el corazón repleto de nuevas amistades y aventuras. Habiendo aprendido que, aunque a veces podríamos sentir miedo, el valor y la compasión siempre muestran el camino.

Y así, la Casa Invisible permaneció en su lugar, ahora un hogar de historias aún más vibrantes, donde se podía leer sobre un joven mago, un gigante amistoso y un dragón que aprendió a volar en compañía.

Simón cerró los ojos esa noche, soñando con nuevas aventuras, sabiendo que con un poco de magia, siempre podría volver a la Casa Invisible y a sus amigos.

FIN.

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