El viaje de la confianza



Había una vez un nene de 3 años llamado Tomás, quien vivía en la ciudad con su mamá y su papá. Un día, Tomás y su mamá tomaron el autobús para ir al parque a jugar.

El paseo fue muy divertido y emocionante para Tomás, tanto que cuando llegaron al parque, él estaba tan cansado que se quedó dormido en el asiento del autobús. Mientras dormía profundamente, el autobús continuó su camino hacia la estación final.

Cuando Tomás se despertó, ya no había nadie en el autobús excepto él y el conductor. Se sintió muy asustado y solo en ese momento.

"¿Dónde está mi mamá? ¿Por qué estoy aquí solo?"- preguntó Tomás con lágrimas en los ojos. El conductor le explicó amablemente lo que había pasado y trató de calmarlo. Luego llamó a la policía para informarles sobre la situación.

Mientras esperaban a que llegara la policía, el conductor decidió llevar a Tomás a dar un pequeño paseo por la ciudad para distraerlo mientras encontraban a sus padres. Durante ese tiempo, vieron muchos lugares interesantes como tiendas de juguetes y heladerías.

"¡Mira! ¡Hay una heladería! ¿Quieres probar un helado?"- preguntó el conductor sonriendo. Tomás asintió con entusiasmo mientras sostenía firmemente la mano del conductor. Juntos entraron a la heladería y eligieron sus sabores favoritos: vainilla para Tomás y chocolate para el conductor.

Después de terminar sus helados, finalmente recibieron una llamada de la policía informándoles que habían encontrado a los padres de Tomás. El conductor llevó al nene de regreso a la estación final donde se reunieron con su mamá y su papá.

"¡Tomás! ¡Estamos tan contentos de que estés bien!"- exclamó su mamá abrazándolo fuertemente. Tomás sonrió felizmente y abrazó a sus padres también. "Gracias por cuidarme, señor conductor.

Me divertí mucho contigo"- dijo Tomás mientras se despedía del hombre amable que lo había ayudado durante ese día. A partir de ese día, Tomás aprendió una lección muy valiosa sobre qué hacer en caso de perderse o sentirse asustado en un lugar desconocido.

También se hizo amigo del conductor del autobús y siempre recordaría el día en que juntos compartieron un helado y exploraron la ciudad.

FIN.

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