El viaje de la empatía
Había una vez un niño llamado Pedrito que asistía a la escuela. Pedrito era un chico muy travieso y siempre se burlaba de sus compañeros.
No entendía el significado de la empatía y no le importaba lastimar los sentimientos de los demás. Un día, la maestra decidió hablar con Pedrito sobre su comportamiento.
Lo llamó al frente del salón y le dijo: "Pedrito, ¿sabes qué es la empatía? Es ponerse en el lugar de los demás, entender cómo se sienten y tratarlos con amabilidad". Pedrito frunció el ceño y respondió: "¿Empatía? Nunca he oído esa palabra".
La maestra sonrió y comenzó a contarle una historia:"Había una vez un niño llamado Juanito que siempre llevaba su almuerzo en una caja vieja. Todos los días, sus compañeros se reían de él porque no tenía una lonchera bonita como ellos. Juanito se sentía triste y solo".
Pedrito escuchaba atentamente mientras la maestra continuaba: "Un día, otro niño llamado Mateo vio lo que estaba pasando. En lugar de reírse junto con los demás, decidió hacer algo diferente. Le ofreció a Juanito compartir su lonchera todos los días". "Juanito no podía creerlo", continuó la maestra.
"Nunca antes nadie había sido tan amable con él. A partir de ese momento, Juanito dejó de sentirse solo y triste en la escuela". Pedrito reflexionó sobre esta historia mientras miraba a sus compañeros en el salón.
Se dio cuenta de que también había hecho sentir mal a muchas personas con sus burlas y bromas pesadas. Decidió cambiar su actitud y comenzar a practicar la empatía.
Al día siguiente, en el recreo, vio a Marta llorando en un rincón. En lugar de reírse o ignorarla como solía hacerlo, Pedrito se acercó y le preguntó qué le pasaba. Marta explicó que había tenido una pelea con su mejor amiga y se sentía muy triste.
Pedrito recordó lo que la maestra le había contado sobre la empatía y decidió ponerlo en práctica. "Marta, entiendo cómo te sientes.
A veces también he tenido peleas con mis amigos y sé lo mal que se siente", dijo Pedrito mientras ponía una mano reconfortante en el hombro de Marta. Marta miró sorprendida a Pedrito y sonrió débilmente. "Gracias por entenderme", respondió ella. A partir de ese día, Pedrito se convirtió en un niño más empático.
Comenzó a escuchar a sus compañeros cuando tenían problemas, los ayudaba cuando necesitaban apoyo e incluso compartía sus juguetes sin esperar nada a cambio. Sus compañeros notaron el cambio en él y poco a poco comenzaron a confiar nuevamente en Pedrito.
Todos empezaron a disfrutar mucho más del tiempo juntos porque sabían que podían contar con su amistad sincera. Pedrito aprendió que ser empático no solo beneficiaba a los demás, sino también a sí mismo.
Se dio cuenta de que al ser considerado con los demás, encontraba la verdadera felicidad y se sentía más conectado con sus compañeros. Desde aquel día, Pedrito y sus amigos vivieron aventuras increíbles juntos.
Aprendieron que la empatía es un valor muy importante que nos hace mejores personas y fortalece los lazos de amistad. Y así, Pedrito entendió el significado de la empatía gracias a la maestra. Se convirtió en un niño más empático y siempre estuvo dispuesto a ayudar a los demás.
Juntos, él y sus compañeros crearon un ambiente escolar lleno de respeto, comprensión y amistad.
FIN.