El viaje de la familia Ajolote



Había una vez una familia de ajolotes muy curiosos. Les encantaba viajar y descubrir nuevos lugares. Un día, mientras nadaban por el río, se encontraron con un bosque misterioso. Animados por la aventura, decidieron adentrarse en él.

- ¡Miren, hay un sendero de lucecitas brillantes! - exclamó el papá ajolote, emocionado.

La familia siguió las lucecitas hasta llegar a un claro donde encontraron a un sabio búho posado en una rama.

- Buenos días, familia ajolote. Soy el guardián de este bosque y poseo el conocimiento de todas las criaturas que lo habitan. ¿En qué puedo ayudarles? - dijo el búho con voz amable.

Los ajolotes le contaron sobre su deseo de aprender más sobre su especie.

- Estoy encantado de ayudarles. Escuchen atentamente - dijo el búho, comenzando a relatar la historia de los ajolotes. Les contó sobre sus orígenes, su importancia en el ecosistema y las curiosidades que los rodeaban. Los ajolotes estaban asombrados con todo lo que estaban aprendiendo.

Después de un día lleno de enseñanzas, la familia de ajolotes se despidió del sabio búho con mucho agradecimiento en sus corazones. Habían adquirido un valioso conocimiento que guardarían por siempre.

Al regresar a su hogar, los ajolotes compartieron con los demás habitantes del río todo lo que habían aprendido. Los peces, ranas y demás animales se quedaron maravillados con las historias de la familia ajolote.

Desde ese día, los ajolotes se convirtieron en los guardianes del conocimiento del bosque. Siempre que viajaban, llevaban consigo la sabiduría que habían adquirido. Y así, cada vez que se encontraban con alguna criatura curiosa, les contaban la maravillosa historia de su especie.

Y colorín colorado, este cuento de los viajes y aprendizaje ha terminado.

FIN.

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