El Viaje de la Gota de Lluvia
Había una vez, en lo alto de una nube blanca y esponjosa, una pequeña gota de lluvia llamada Gota. Gota era curiosa y soñadora, siempre mirando hacia abajo, anhelando descubrir qué había más allá de las nubes. Un día, Gota decidió que era hora de bajar a la tierra para explorar. Con valentía y determinación, se deslizó fuera de la nube y comenzó su emocionante viaje hacia el suelo.
Mientras descendía, Gota se encontró con el viento juguetón que la mecía de un lado a otro. -¡Qué divertido es volar! - exclamó Gota, disfrutando de la aventura. De repente, una familia de aves la rodeó. -¿A dónde vas, gotita? - preguntó mamá pájaro con ternura. -Voy a explorar la tierra, quiero descubrir nuevos lugares y aprender cosas emocionantes -respondió Gota con entusiasmo. Las aves la animaron y le desearon un buen viaje.
Al continuar su descenso, Gota se acercó a una hermosa pradera donde las flores bailaban con el viento. -¡Hola, pequeña gota! ¿Qué te trae por aquí? -dijo el girasol más alto. Gota contó su deseo de explorar y el girasol sonrió. -Recuerda, cada gota de lluvia es valiosa y especial, puede nutrir la tierra y dar vida a la naturaleza. Gota se sintió reconfortada por las palabras del girasol y continuó su viaje con determinación.
Finalmente, Gota llegó a la tierra y se unió a un arroyo que la llevó a un lago. Allí conoció a otras gotas de lluvia y juntas aprendieron sobre la importancia del ciclo del agua para el planeta. Gota se sintió realizada al comprender su papel vital en la naturaleza y decidió regresar a las nubes para compartir sus experiencias con sus amigas nubecitas.
Desde ese día, Gota se convirtió en una gota de lluvia aún más valiosa y consciente de su impacto en el mundo, inspirando a otras gotitas a explorar y aprender. Y así, su viaje se convirtió en una fuente de inspiración para todos los que conocieron su historia.
FIN.