El viaje de la gota de lluvia
Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas, campos verdes y un cielo azul, una gota de lluvia llamada Lola. Lola vivía en una nube junto a otras gotas de lluvia.
Todos los días, Lola observaba desde lo alto el mundo que la rodeaba y anhelaba explorarlo por sí misma. Pero las demás gotas de lluvia le decían que era peligroso y que debían permanecer juntas en la nube.
Sin embargo, Lola sentía que su destino era vivir aventuras y descubrir nuevos lugares. Un día, mientras la nube se movía lentamente sobre el pueblo, una ráfaga de viento inesperada separó a Lola de las demás gotas de lluvia y la llevó lejos.
-¡Oh no! ¡Me separé de mi familia! -exclamó asustada Lola. Pero pronto se dio cuenta de que esta era su oportunidad de explorar el mundo. Lola descendió suavemente hacia la tierra, emocionada por lo que iba a descubrir.
Mientras caía, se encontró con una mariposa que volaba alegremente. -Hola, mariposa, ¿puedes ayudarme a encontrar un lugar especial donde pueda hacer algo bueno? -preguntó Lola. La mariposa, asombrada por la valentía de Lola, le mostró el camino hacia un campo de girasoles.
Cuando llegaron allí, los girasoles estaban tristes porque necesitaban agua para crecer y brillar. -No se preocupen, amigos girasoles, ¡estoy aquí para ayudar! -exclamó Lola.
Y así, Lola se convirtió en una lluvia suave que nutría la tierra y ayudaba a los girasoles a recuperar su esplendor. Los aldeanos que pasaban por allí admiraron la valentía y generosidad de Lola, y a partir de ese día, la llamaron 'La gota de lluvia mágica'.
Finalmente, Lola se dio cuenta de que, al seguir su corazón y ser valiente, había logrado algo grandioso, y que la verdadera magia estaba en ser fiel a uno mismo.
Desde entonces, Lola viajó por el mundo llevando su magia a todos los lugares que visitaba, demostrando que, aunque sea pequeña, una gota de lluvia puede hacer una gran diferencia.
FIN.