El viaje de la letra A
Había una vez un pequeño pueblo llamado Abecedaria, donde vivían letras de todos los tipos y tamaños. En este lugar, todos los días eran una aventura, pero había una letra que se sentía un poco triste. Era la letra A, y estaba cansada de ser siempre la primera.
Un día, decidió emprender un viaje para conocer nuevas palabras y redescubrir su valor. "Voy a encontrar palabras que empiecen con mi letra y ver qué aventuras me esperan", pensó A mientras se preparaba para salir.
Primero, A encontró un hermoso árbol.
"¡Hola, árbol!" dijo A. "¿Tú empiezas con A?"
"Sí, soy un árbol. ¡Hola, letra A!" respondió el árbol, moviendo sus ramas.
"Tengo ganas de ser amigo de muchas palabras", dijo A.
"¡Hay tantas! Sigue tu camino y encontrarás muchas más".
A siguió su viaje y encontró un alegre avión volando por el cielo.
"¡Hola, avión!" dijo A emocionada.
"¡Hola, A!" respondió el avión. "¿Qué te trae por aquí?"
"Busco palabras con tu letra. Eres increíble, vuelas tan alto."
"Sí, pero tú eres fundamental para muchas palabras. No olvides que sin ti, no podría ser avión".
La A sonrió y se sintió importante. Luego, viajando por un prado, se encontró con una estrella brillante que iluminaba la noche.
"¡Hola, estrella!"
"¡Hola, letra A! ¿Qué haces aquí"?"Estoy buscando palabras que inicien con mi letra."
"¡Qué bello viaje! Yo también empiezo con A y inspiro sueños en la noche."
A se sintió cada vez más feliz.
Finalmente, llegó a un lago donde pudo ver su reflejo en el agua. Allí, conoció a una hermosa ancla.
"¡Hola, ancla!"
"¡Hola, A! Dime, ¿qué buscas aquí?"
"Busco entender mi importancia, encontrar palabras como árbol, avión y estrella".
"No olvides que eres vital para cada una de nosotras. Sin A, no existiríamos. Cada palabra tiene su lugar, y tú eres la primera".
A se dio cuenta de que, aunque siempre era la primera, su rol era fundamental. Decidió volver a Abecedaria, no solo feliz sino llena de historias y nuevas amistades.
"¡Volví!" gritó A al llegar a su hogar. Todos las letras la recibieron con abrazos.
"¿Cómo te fue?" preguntó la letra B.
"¡Increíble!" exclamó A. "Aprendí que ser la primera también es especial. Cada letra, cada amigo y cada palabra son importantes. Juntas formamos el abecedario!"
Desde ese día, la letra A ya no se sentía sola. Se sentía parte de un gran equipo, donde cada letra tenía su propio valor y juntos formaban un mundo lleno de historias y aventuras.
Y así, Abecedaria siguió siendo un lugar mágico, un sitio donde cada letra podía brillar y contar sus propias historias junto a sus amigos. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.