El viaje de la mariposa y el saposo

Había una vez en un hermoso jardín, una mariposa llamada Margarita y un sapo llamado René. Margarita era una mariposa curiosa y aventurera, siempre volando de flor en flor en busca de nuevas experiencias. René, en cambio, era un sapo tranquilo y reflexivo, que pasaba la mayor parte del tiempo al borde de un estanque contemplando el reflejo del cielo.

Un día, Margarita se posó sobre una linda flor al lado del estanque donde estaba René. -Hola René, ¡qué día tan hermoso! -exclamó alegremente la mariposa. -Sí, es un día espléndido -respondió el sapo con calma.

Pero de repente, una fuerte brisa llegó al jardín y arrastró a Margarita lejos de su hogar. Sin saber qué hacer, la mariposa comenzó a volar sin rumbo hasta que divisó al sapo René a lo lejos. -¡René, René! ¡Necesito tu ayuda! -gritó Margarita desesperada.

El sapo, al escuchar los llamados de su amiga, saltó velozmente hacia donde estaba la mariposa. -¿Qué sucede, Margarita? -preguntó René preocupado. -La brisa me ha llevado lejos de mi hogar y no sé cómo regresar -respondió Margarita con tristeza.

René reflexionó por un momento y luego dijo: -Tranquila, Margarita, tengo una idea. Con mi conocimiento del jardín y tu habilidad para volar, podemos trabajar juntos para encontrar tu hogar.

Así comenzó el viaje de la mariposa y el sapo. René guiaba a Margarita a través del jardín, indicándole el camino con sabiduría y paciencia. Mientras tanto, Margarita volaba a lo largo del camino, observando atentamente el paisaje y sintiendo una profunda gratitud por la ayuda de su amigo sapo.

Después de un largo viaje lleno de obstáculos, finalmente llegaron al hogar de Margarita. -¡Lo logramos, René! ¡Gracias por tu valiosa ayuda! -exclamó Margarita emocionada. -No hay de qué, Margarita. Siempre es un placer ayudar a un amigo en apuros -respondió René con una sonrisa.

Desde ese día, Margarita y René se volvieron inseparables, aprendiendo el uno del otro y demostrando que la amistad y la colaboración pueden superar cualquier desafío. Así, la mariposa y el sapo continuaron explorando el jardín juntos, compartiendo sus aventuras y difundiendo su mensaje de amistad y cooperación a todos los habitantes del jardín.