El viaje de la profe estrella y sus alumnos aventureros
En un pequeño pueblo rodeado de montañas, había una escuela llamada "La Estrella Brillante". Allí, la maestra Estrella era conocida por su forma especial de enseñar. Cada día, daba vida a los libros de texto y convertía en aventuras todo lo que aprendían en clase.
Una mañana, mientras los alumnos de cuarto grado se acomodaban en sus escritorios, la profe Estrella entró con una sonrisa radiante.
"¡Buenos días, mis aventureros!" - exclamó. "Hoy les traigo una misión muy especial. Vamos a tener un viaje a las montañas para investigar sobre la naturaleza. ¿Quiénes quieren venir?"
Los ojos de sus alumnos brillaron como estrellas. Todos levantaron la mano al unísono.
"¡Yo quiero!" - gritó Lucho, un niño curioso.
"¡Yo también!" - añadió Mica, que siempre estaba lista para explorar.
La profe Estrella, emocionada por la reacción, explicó:
"El viaje será el próximo jueves. Necesito que cada uno de ustedes investigue sobre un animal o planta que quieran encontrar. Luego, lo compartiremos con todos. ¡Vamos a convertirnos en verdaderos científicos!"
Los días previos al viaje, los alumnos trabajaron arduamente. Lucho eligió investigar sobre el cóndor, Mica sobre las flores de los cerros y el resto se preparó con sus cuadernos y mapas.
Finalmente, llegó el día del viaje. Se subieron al micro y, mientras avanzaban por las rutas, la profe Estrella les contaba historias de la naturaleza.
"¿Sabían que el cóndor puede volar a más de diez mil pies de altura?" - dijo.
Cuando llegaron a las montañas, cada uno se preparó para la aventura.
"Recuerden, permanezcan juntos y respeten la naturaleza" - les recordó la maestra mientras comenzaban a explorar.
Tras un rato de caminata, Lucho gritó emocionado.
"¡Miren! ¡Un cóndor!"
Todos miraron hacia arriba y vieron a la majestuosa ave surcando el cielo. Sin embargo, en medio del asombro, Mica se dio cuenta de que se habían desviado del camino.
"Estrella, no sé cómo volver al grupo" - dijo preocupada.
La maestra Estrella, con calma, respondió:
"No te preocupes. Lo primero que debemos hacer es quedarnos tranquilos y observar. Aquí, la naturaleza nos dará pistas para encontrar el camino."
Así, Mica y Lucho se quedaron quietos, observando cada detalle a su alrededor. Luego, Lucho recordó que las montañas tienen ciertas formaciones rocosas que se repiten.
"¡Esto se parece a lo que vi en mi mapa!" - dijo Lucho, señalando.
Con esa referencia, comenzaron a orientarse. Mientras tanto, la profe Estrella les enseñó a identificar algunas plantas a su alrededor.
"Esa es la flor de la montaña. Y esa hoja es parte de la planta medicinal que utilizaban los antiguos pueblos originarios" - explicaba, mientras los chicos tomaban notas.
Finalmente, después de mucho caminar, encontraron el camino que llevaban al grupo. Al llegar, todos aplaudieron.
"¡Lo logramos!" - celebró Mica, feliz.
La profe Estrella sonrió.
"Recuerden, cada reto en la vida es una oportunidad para aprender. Y lo más importante: nunca perdamos la curiosidad por descubrir más sobre nuestro mundo."
Aquella aventura fue la más emocionante de todas y, cuando volvieron a la escuela, contaron a todos sobre su gran día. Así, la maestra Estrella no solo les enseñó sobre la naturaleza, sino que también les mostró el valor de la observación, el trabajo en equipo y la perseverancia, dejando en sus corazones una chispa de aventura que jamás olvidarían.
FIN.