El viaje de la semilla curiosa



Había una vez una pequeña semilla curiosa llamada Simón, que vivía en un hermoso jardín. Simón siempre se preguntaba qué había más allá de los altos muros del jardín, y soñaba con viajar y explorar el mundo.

Un día, Simón decidió que era hora de emprender un viaje y crecer en un lugar lejano. "¡Amigos, me voy a emprender un gran viaje! Quiero crecer y convertirme en un árbol fuerte y frondoso", anunció Simón emocionado.

Los demás residentes del jardín, como las lindas flores y los simpáticos animalitos, lo alentaron y le desearon suerte. Con sus raíces llenas de entusiasmo, Simón comenzó su aventura.

Viajó a través de campos, valles y montañas, enfrentando desafíos y aprendiendo lecciones en el camino. Conoció a personajes entrañables como el sabio árbol centenario y la risueña margarita. Cada encuentro le enseñaba algo nuevo y lo llenaba de inspiración. Un día, Simón escuchó un ruido fuerte que provenía de un campo cercano.

Al acercarse, descubrió que un arroyo se había desbordado y estaba arrasando con todo a su paso. Sin dudarlo, Simón ofreció su firmeza y flexibilidad para ayudar a contener la furia del arroyo.

Gracias a su valentía y solidaridad, lograron salvar muchas vidas y proteger el entorno. La noticia de su hazaña se extendió y Simón se convirtió en un ejemplo de fortaleza y bondad. Al fin, Simón llegó a un prado inmenso donde decidió echar raíces y crecer.

Con el tiempo, se transformó en un majestuoso árbol que brindaba sombra y refugio a todos los seres del lugar. Simón entendió que, a pesar de las adversidades, había encontrado su verdadero propósito: dar vida y proteger a los demás.

Y así, cada vez que una semilla curiosa le preguntaba sobre sus aventuras, Simón contestaba con una sonrisa: "El verdadero viaje está en descubrir cómo hacer del mundo un lugar mejor."

FIN.

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