El viaje de la semillita


Había una vez en un campo verde y soleado, una semillita llamada Simón. Simón vivía en un hermoso girasol junto a su familia, pero siempre se sentía inquieto y curioso por explorar el mundo.

Un día, mientras el viento soplaba suavemente, Simón decidió emprender un viaje por su cuenta. "Familia, quiero ver el mundo y descubrir nuevos lugares", dijo Simón, despidiéndose de sus hermanitos. "Ten cuidado, Simón.

El mundo puede ser peligroso para una semillita como tú", le advirtió su mamá. Pero Simón estaba decidido y partió en su aventura. Durante su viaje, Simón conoció a personajes muy especiales. Se encontró con una lombriz llamada Lila, quien le enseñó la importancia de la paciencia y el trabajo en equipo.

Juntos, ayudaron a regar un jardín y vieron cómo crecían bellas flores. Luego, Simón conoció a un pájaro cantor llamado Pablo, quien le mostró la importancia de la alegría y el canto para vencer los obstáculos.

Pablo lo acompañó en su viaje y juntos superaron desafíos y aprendieron a disfrutar cada momento. Pero pronto, Simón se despidió de sus amigos y continuó su viaje. Hasta que un día, la lluvia lo llevó a un lugar desconocido y oscuro.

"No sé qué hacer, me siento perdido", pensó Simón con tristeza. En ese momento, escuchó una voz amable que le dijo: "No temas, querido Simón. Soy la Tierra y te daré la fuerza para crecer y convertirte en un hermoso girasol".

Simón se dejó llevar por las palabras de la Tierra y permitió que sus raíces crecieran fuertes y profundas. Poco a poco, comenzó a ver la luz y a sentir el amor del Sol.

Finalmente, Simón se convirtió en un hermoso girasol, más grande y radiante que nunca. Desde lo alto, podía ver a Lila y a Pablo, quienes lo saludaban con alegría.

Simón comprendió que su verdadero hogar estaba en el corazón de la naturaleza, donde podía crecer y compartir su belleza con el mundo. Y así, cada vez que alguien pasaba por el campo, podía escuchar la voz del girasol Simón susurrando: "No temas, nunca estás solo. Siempre hay luz y amor a tu alrededor".

Y su mensaje llenaba los corazones de todos los que lo escuchaban. El viaje de Simón había terminado, pero su espíritu de valentía, amistad y crecimiento viviría por siempre en aquel hermoso campo verde.

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