El viaje de la semillita


Había una vez en un hermoso jardín, una pequeña semillita llamada Sol. Sol vivía en una tierra fértil junto a su amiga Margarita, una delicada flor de pétalos blancos y amarillos.

Un día, Sol empezó a sentir curiosidad por el mundo exterior. "Margarita, ¿te imaginas cómo será el mundo más allá del jardín?", preguntó Sol con entusiasmo. "No lo sé, Sol. Nunca he salido de este jardín", respondió Margarita. Pero Sol no podía sacarse la idea de la cabeza.

Así que un día, decidida, le dijo a Margarita que emprendería un viaje para descubrir el mundo. "¡Pero Sol, es peligroso!" exclamó Margarita preocupada. Sin embargo, Sol ya había tomado su decisión.

Con esfuerzo, logró abrirse camino a través de la tierra y empujar su diminuto brote hacia arriba, en busca de la superficie. Con determinación y paciencia, Sol creció cada día más, enfrentando desafíos como la sequía, las fuertes lluvias y los hambrientos pajaritos.

Finalmente, un día alcanzó la superficie y se encontró con un mundo nuevo y emocionante. Aquí conoció a Vinca, una valiente mariposa, y a Raúl, un amigable gusano que vivía bajo tierra.

Juntos, exploraron bosques, campos y montañas, aprendiendo sobre la importancia del trabajo en equipo, la superación de obstáculos y la amistad. Así, Sol descubrió que el mundo era mucho más grande y asombroso de lo que había imaginado, y que cada pequeña semilla tiene el potencial de convertirse en algo maravilloso.

Con el tiempo, Sol decidió regresar al jardín, donde compartió sus increíbles experiencias con Margarita, inspirándola a que también persiguiera sus sueños.

Y juntas, Sol y Margarita, crecieron fuertes e inspiraron a las demás flores y semillas del jardín a atreverse a vivir aventuras y descubrir el mundo que las rodeaba.

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