El viaje de la sirena y el rey a las montañas
Había una vez en un reino submarino, una joven y curiosa sirena llamada Marina, que siempre había soñado con explorar tierras lejanas. Un día, conoció al amable rey Neptuno, quien le contó historias de las mágicas montañas que se alzaban sobre el mar. Marina, emocionada, le pidió al rey que la llevara a visitarlas, y el rey, conmovido por su entusiasmo, aceptó.
"¡Rey Neptuno, por favor, llévame a las montañas! Siempre he soñado con verlas con mis propios ojos", dijo Marina con brillo en sus ojos.
"Está bien, pequeña sirena, preparémonos para partir", respondió el rey con una sonrisa.
Empezaron su viaje dejando atrás el reino submarino y adentrándose en aguas más profundas, donde se encontraron con un tiburón amigable llamado Tito, quien se unió a ellos en su aventura. Juntos, nadaron hacia la superficie y emergieron en un mundo completamente nuevo, donde el cielo se extendía sobre ellos y las montañas se alzaban majestuosas en la distancia.
"¿Qué es eso?", preguntó Marina señalando un objeto largo y delgado que flotaba en el agua.
"¡Eso es un lápiz, una herramienta que usan los humanos para escribir y dibujar!", explicó Tito.
A medida que se acercaban a las montañas, descubrieron una tierra llena de árboles, animales y personas trabajando juntas. Marina quedó maravillada por la diversidad de la tierra y todo lo que tenía para ofrecer. Mientras exploraban, conocieron a una modelo amable llamada Rosa, quien les habló sobre la importancia de la belleza interior y exterior. Inspirada por las palabras de Rosa, Marina entendió que la belleza provenía de la amabilidad y la bondad, no solo de la apariencia.
"Rey Neptuno, esta tierra es increíble. ¡Quiero compartir todo lo que he aprendido aquí con nuestro reino submarino!", exclamó Marina.
"Eso es maravilloso, Marina. Es importante que compartamos nuestras experiencias con los demás", dijo el rey con orgullo.
Después de despedirse de sus nuevos amigos, la sirena y el rey regresaron a su hogar submarino, llevando consigo valiosas lecciones sobre la diversidad, la amistad y la autoestima. Marina se convirtió en una reina sabia y compasiva, recordando siempre su viaje a las montañas y la gran lección que aprendió en tierras desconocidas.
FIN.