El viaje de la tortuga
Había una vez un grupo de amigos que decidieron hacer un paseo por el bosque en pleno otoño. El sol brillaba entre los árboles y las hojas caían suavemente al suelo, creando un hermoso manto colorido.
En ese paseo, se encontraron con conejos saltando de aquí para allá, disfrutando del fresco aire otoñal. Las mariposas revoloteaban alegremente entre las flores, mientras que los mosquitos zumbaban cerca del arroyo. De repente, una tortuga apareció lentamente caminando hacia ellos.
Tenía una mirada triste en sus ojos y les dijo: "¡Ayuda! Me he perdido y no sé cómo regresar a mi hogar". Los amigos se compadecieron de la tortuga y decidieron ayudarla.
Mientras buscaban el camino de vuelta para la tortuga, encontraron a unas liebres jugando alrededor de un árbol. Una de ellas les dijo: "Si quieren encontrar el camino más rápido, deben seguir el rastro de las ranas".
Las ranas eran conocidas por conocer todos los rincones del bosque. Siguiendo el consejo de la liebre, nuestros amigos buscaron a las ranas y finalmente dieron con ellas en un estanque cercano.
Les explicaron la situación y las ranas accedieron amablemente a guiarlos hasta donde vivía la tortuga. Durante el trayecto, vieron ratones corriendo entre los arbustos y duendes curiosos observándolos desde detrás de los árboles.
Pero lo más sorprendente fue cuando llegaron al hogar de la tortuga y se encontraron con hadas volando a su alrededor, llenando el lugar de magia y alegría. La tortuga les dio las gracias a todos por ayudarla a regresar a casa.
Los amigos se sintieron felices de haber podido ayudar y aprendieron una valiosa lección sobre la importancia de colaborar y trabajar en equipo. Después de despedirse, nuestros amigos continuaron su paseo por el bosque. Ahora sabían que en cualquier momento podrían encontrar nuevos amigos dispuestos a brindarles ayuda y acompañarlos en sus aventuras.
Desde ese día, cada vez que volvían al bosque, recordaban aquel hermoso encuentro con los conejos, mariposas, mosquitos, tortugas, liebres, ranas, ratones, duendes y hadas. Y siempre llevaban consigo el espíritu de amistad y cooperación que habían aprendido aquel día.
Y así fue como un simple paseo por el bosque se convirtió en una experiencia inspiradora e educativa para nuestros amigos. Aprendieron la importancia de ayudarse mutuamente y valoraron la diversidad presente en la naturaleza.
FIN.