El viaje de la tortuga Lola




Había una vez en una pintoresca laguna, una tortuga llamada Lola. Lola vivía feliz junto a sus amigos en la laguna, nadando y tomando el sol. Un día, sin embargo, las tortugas de la laguna comenzaron a enfermarse. La situación se puso tan grave que varias fueron capturadas para recibir tratamiento.

Lola, preocupada por sus amigos, decidió emprender un viaje en busca de ayuda. Con determinación, nadó a través de ríos y campos, enfrentando muchos peligros hasta llegar a la Gran Montaña, donde sabía que encontraría a la sabia tortuga anciana Tito.

"Tito, por favor, necesitamos tu ayuda. Las tortugas de mi laguna están enfermas", dijo Lola con angustia.

Tito, con sus años de experiencia, le explicó que las tortugas estaban enfermando porque el equilibrio natural se había visto afectado. Había algo que solo una unión especial podía remediar: el matrimonio entre una tortuga macho y una tortuga hembra. Sin embargo, la tortuga macho y la tortuga hembra estaban separadas en dos lagunas distantes, y para restaurar el equilibrio, debían casarse.

Decidida a salvar a sus amigos, Lola emprendió un nuevo tramo de su viaje en busca de la tortuga macho, mientras Tito enviaba a un búho a llevar un mensaje a la tortuga hembra.

Durante su travesía, Lola sorteó obstáculos y conoció a nuevos amigos, como el pajarito Chirri, que la ayudó a superar los desafíos. Finalmente, encontró a la tortuga macho, Leonardo, y le explicó la situación.

"Debemos ir a la laguna de las rosas, donde la tortuga hembra nos espera para casarnos y salvar a nuestras amigas enfermas", explicó Lola con esperanza.

Juntos, Lola y Leonardo emprendieron el último tramo de su viaje hacia la laguna de las rosas, donde la tortuga hembra, Carla, los esperaba. Con gran alegría, las tortugas se casaron y un increíble evento ocurrió: el agua de la laguna se purificó, sanando a todas las tortugas enfermas.

La laguna volvió a estar llena de vida, y las tortugas volvieron a nadar y tomar el sol felices una vez más. La valentía y determinación de Lola, junto con la unión de Leonardo y Carla, habían restaurado la armonía en su hogar.

Desde ese día, las tortugas vivieron en paz, recordando que, a veces, la unión y la solidaridad pueden vencer cualquier desafío.

FIN.

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