El viaje de las Aguas
Había una vez, en un lugar muy lejano, un reino maravilloso habitado por diferentes tipos de agua. En este reino, convivían la Oxigenada, la Potable, la Pura, la Mineral y la Destilada, cada una con sus propias cualidades y personalidades.
Un día, las aguas fueron convocadas por el Rey Sol para emprender un viaje hacia el Gran Mar, donde aprenderían una valiosa lección. "Queridas aguas, el Rey Mar nos ha pedido su presencia para compartir su sabiduría con ustedes.
En este viaje, descubrirán la importancia de trabajar juntas y respetar sus diferencias", anunció el Rey Sol. Las aguas, emocionadas por la aventura, se prepararon para emprender el viaje.
Durante el camino, la Oxigenada, siempre burbujeante y enérgica, propuso cantar para animar el viaje. "¡Vamos, todas juntas! ¡A ver quién llega más lejos!" exclamó. La Potable, serena y equilibrada, prefería observar el paisaje y reflexionar sobre el propósito de su viaje.
"Creo que debemos estar abiertas a lo que el Rey Mar nos enseñará. Todos tenemos algo importante que aportar", comentó. La Pura, siempre cristalina y transparente, aportó su opinión. "Es cierto, hermanas. Debemos aprender a valorar nuestras diferencias y trabajar en armonía para lograr grandes cosas", dijo.
La Mineral, con sus matices y minerales, aportó una reflexión profunda. "Cada una de nosotras posee atributos únicos. Debemos reconocer y respetar esas diferencias para ser verdaderamente extraordinarias", expresó. La Destilada, con su pureza y claridad, asintió con sabiduría. "Estoy de acuerdo.
Solo uniendo nuestras cualidades podremos alcanzar grandes metas", afirmó. Al fin, llegaron al Gran Mar, donde el Rey Mar los recibió con calidez. "Queridas aguas, he oído hablar de sus cualidades únicas.
Sin embargo, es crucial que aprendan a trabajar juntas para beneficiar a la naturaleza y a todos los seres vivos", les advirtió. Las aguas, reflexionando sobre las palabras del Rey Mar, comprendieron la importancia de unirse en armonía. Decidieron combinar sus atributos para nutrir la vida en el reino.
La Oxigenada aportó su energía, la Potable su equilibrio, la Pura su transparencia, la Mineral sus minerales, y la Destilada su pureza. Juntas, formaron un río cristalino que nutría la tierra y llenaba de vida el reino.
Desde ese día, las aguas trabajaron en armonía, respetando sus diferencias y valorando sus atributos únicos. El reino prosperó, y todas las criaturas vivieron en armonía gracias al poder de la unión. Y así, las aguas aprendieron que juntas podían lograr grandes maravillas.
FIN.