El viaje de las emociones



Había una vez en el colorido reino de Arcoíris, un grupo de amiguitos muy especiales: Alegría, Tristeza, Enojo, Miedo y Calma. Ellos vivían en el corazón de cada niño y niña, ayudándolos a sentir y comprender todas las emociones.

Un día, el rey Arcoíris convocó a todos los habitantes del reino para una importante misión: debían ayudar a una niñita llamada Sofía a aprender a gestionar sus emociones. - '¿Qué podemos hacer, majestad?' preguntó Alegría.

- 'Sofía está teniendo dificultades para comprender y manejar sus emociones. Necesitamos que ustedes la guíen en un increíble viaje a través del corazón, donde descubrirán juntos el poder de las emociones', respondió el rey. El viaje comenzó en la Montaña de la Tristeza.

Ahí, Tristeza les enseñó que llorar no es algo malo, sino que ayuda a desahogarse y a sentirse mejor.

Luego, en el Valle del Enojo, Enojo les mostró cómo usar la energía del enojo para cambiar las cosas que no les gustan, siempre con respeto. Después, en el Bosque del Miedo, Miedo los ayudó a comprender que es normal sentir miedo, pero que es importante enfrentarlo con valentía. Y así, cada emoción fue compartiendo su sabiduría.

Por último, llegaron al Lago de la Calma, donde Calma les enseñó a relajarse y a respirar profundo cuando se sientan abrumados. Al llegar al final del viaje, Sofía comprendió que todas las emociones son importantes y que lo más valioso es saber cómo gestionarlas.

Desde ese día, ella aprendió a escuchar a cada una de sus emociones y a darles el espacio que merecen.

Y juntos, los habitantes del reino de Arcoíris siguieron acompañando a los niños y niñas en sus viajes emocionales, recordándoles que todas las emociones tienen un propósito y que aprender a gestionarlas es una gran aventura.

FIN.

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