El Viaje de las Estrellas



En un país muy lejano, existía un hermoso lugar habitado por estrellas. Aunque eran radiantes y brillantes, todas anhelaban con fervor poder ver al sol, que siempre se mostraba en el horizonte más allá de las nubes.

Las estrellas pasaban sus noches conversando entre ellas y compartiendo su deseo de poder vislumbrar al sol, pero cada vez que intentaban acercarse, una fuerza misteriosa las empujaba de vuelta a su lugar en el cielo.

Un día, una estrella llamada Luciérnaga decidió emprender un viaje para encontrar al sol. "Amigas, no podemos quedarnos con el deseo eterno de ver al sol, debemos tomar acción", dijo Luciérnaga con determinación.

Las demás estrellas, emocionadas por su valentía, le brindaron su apoyo y le advirtieron sobre los peligros que podía encontrar en su travesía. Sin embargo, Luciérnaga no se dejó amedrentar y partió hacia lo desconocido.

En su camino, conoció a la luna, quien le contó historias maravillosas sobre el sol y le dio un consejo: "Para encontrar al sol, debes seguir el camino de las constelaciones y escuchar a los astros que te guiarán".

Siguiendo el consejo de la luna, Luciérnaga recorrió montañas, valles y ríos de estrellas, encontrando a diferentes astros que le indicaban el camino. Sin embargo, también debió enfrentar desafíos y, en ciertas ocasiones, se desvió de su rumbo. A pesar de todo, nunca perdió la esperanza.

Finalmente, después de un largo y aventurero viaje, Luciérnaga llegó al lugar donde el sol descansaba cada atardecer. Sin poder contener su emoción, le pidió al sol que les concediera a todas las estrellas el deseo de poder verle.

El sol, con su cálida luz, respondió: "Estoy encantado de que hayas llegado hasta aquí, Luciérnaga. Has demostrado valentía y perseverancia. A partir de ahora, todas las noches, mi luz iluminará vuestro país de estrellas, y vosotras seréis testigo de mi brillo".

Las estrellas, al escuchar estas palabras, brillaron con aún más intensidad, agradecidas y felices de poder sentir el calor del sol en sus corazones. Desde aquel día, el país de estrellas resplandeció con una luz especial, y cada noche se llenó de magia y alegría.

FIN.

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