El Viaje de las Estrellas
Era una noche despejada en el tranquilo pueblo de Soler, donde las estrellas brillaban como pequeños diamantes en el cielo. Este lugar era conocido por su belleza natural, pero había un secreto que pocos conocían: una vez al año, las estrellas podían hablar y compartir sus sabidurías con aquellos que se atrevieran a escuchar.
Un niño llamado Lucas, curioso y soñador, paseaba por el campo. Siempre había sentido una conexión especial con las estrellas. Una noche, mientras se recostaba en la hierba fresca, escuchó un suave susurro.
"Lucas, ven a nosotros, tenemos algo importante que contarte" - decía una voz dulce.
El niño, sorprendido, miró hacia arriba.
"¿Quién está ahí?" - preguntó, con los ojos muy abiertos.
"Somos las Estrellas de la Sabiduría. Hemos estado observándote y sabemos que tienes un gran corazón. ¿Quieres embarcarte en un viaje que cambiará tu vida?" - respondió una de las estrellas, brillando intensamente.
Sin dudarlo, Lucas asintió con la cabeza. El cielo comenzó a girar y, de repente, fue transportado a un mundo mágico lleno de colores vibrantes.
Al llegar, se encontró con una estrella dorada que brillaba más que las demás.
"Bienvenido, Lucas. Soy Estelina. Tu primer desafío es ayudar a los habitantes de este mundo: las Luminis. Ellos han perdido su brillo porque han dejado de soñar. ¡Necesitamos que les muestres cómo recuperar la esperanza!" - explicó Estelina.
Lucas se sintió emocionado.
"¿Cómo puedo ayudarlos?" - preguntó.
"Cada Luminis tiene un sueño olvidado. Fíjate bien, y trata de recordarles sus sueños. Eso los ayudará a brillar nuevamente".
Lucas se aventuró por el lugar y se encontró con un Luminis que parecía apagado y triste.
"Hola, soy Lucas. ¿Qué te pasa?" - preguntó.
"Ya no tengo sueños. Solía querer ser un gran pintor, pero nadie cree que pueda hacerlo" - suspiró el Luminis.
"Claro que puedes. ¡Pintar es crear magia! ¿Quieres que lo intentemos juntos?" - sugirió Lucas, entusiasmado.
El Luminis dudó por un momento, pero finalmente aceptó. Juntos, pintaron un mural lleno de colores vivos.
"¡Mirá! ¡Es hermoso!" - exclamó el Luminis, y poco a poco su luz comenzó a regresar.
"¡Bravo! Ahora, sólo queda recordar aquellos sueños que han estado guardados muy adentro" - dijo Lucas, sonriendo.
Lucas siguió su camino y ayudó a más Luminis a recuperar su brillo, a recordar sus sueños y a volver a crear juntos. La alegría fue contagiosa, y pronto, todo el mundo empezó a brillar nuevamente.
Sin embargo, cuando todo parecía estar bajo control, una nube oscura apareció en el cielo.
"¿Qué pasó?" - preguntó Lucas, con preocupación.
"Es la Nube del Desánimo. Ella se alimenta de aquellos que han dejado de soñar" - explicó Estelina, con la mirada fija en la nube negra.
"¿Podemos vencerla?" - Lucas se sintió intrépido.
"Solo podremos hacerlo si todos los Luminis unen su luz y sus sueños. Pero necesitarás motivarlos a hacerlo" - dijo Estelina.
Con una nueva determinación, Lucas reunió a todos los Luminis.
"Escuchen todos, la Nube del Desánimo ha venido a robar nuestra luz. Pero ¡no hay nada más poderoso que los sueños de cada uno de ustedes! ¡Unámonos!"
Los Luminis se miraron entre sí, la chispa de la emoción corrió como un reguero de pólvora.
"¡Tengo un sueño!" - gritó uno.
"¡Yo también!" - gritó otro.
Pronto, todos comenzaron a compartir sus deseos y sueños olvidados. Juntos, comenzaron a brillar más que nunca, creando un arcoíris de luz. La Nube del Desánimo se fue desvaneciendo lentamente, incapaz de soportar la energía positiva.
Finalmente, la nube desapareció y el cielo volvió a ser claro y brillante. Lucas sonrió, feliz por haber ayudado a otros a encontrar su luz nuevamente.
"Gracias, Lucas. Has hecho un trabajo maravilloso. Recuerda que siempre puedes regresar a nosotros cuando necesites inspiración" - dijo Estelina.
El niño sintió que era el momento de volver a casa. Con una última mirada a sus nuevos amigos, se despidió y fue transportado de regreso a su pueblo.
Al despertar, Lucas miró hacia el cielo estrellado.
"¡Nunca dejaré de soñar!" - prometió.
Y desde ese día, Lucas compartió su historia con todos en Soler, dejando una estela de inspiración en sus corazones.
Nunca subestimemos el poder de soñar, porque aunque parezca que nuestras ilusiones se pierden, siempre hay una estrella lista para ayudarnos a recuperar nuestro brillo.
FIN.