El viaje de las Gotitas de Agua




En un pequeño arroyo de la montaña vivían las Gotitas de Agua, unas hermosas y curiosas criaturas. Ellas veían a su alrededor cómo todo nacía, crecía, se alimentaba, se reproducía y finalmente moría, y se preguntaban por qué ellas parecían ser diferentes. Un día, decidieron emprender un viaje en busca de respuestas.

En su recorrido, se encontraron con el Sol, quien les explicó que él les daba vida a las plantas, permitiéndoles nacer, crecer y alimentarse. Luego, conocieron al Viento, quien les enseñó que él es el encargado de transportar el polen para que las plantas se reproduzcan. Después, conocieron a la Tierra, quien les mostró cómo los animales nacen, crecen, se alimentan y también mueren. Las Gotitas de Agua estaban maravilladas con todo lo que aprendían.

De repente, se encontraron con una Roca, quien les explicó que, aunque ella no nace, crece, se alimenta, se reproduce ni muere, también es parte fundamental de la naturaleza. Les mostró cómo su resistencia y fortaleza eran necesarias para mantener todo en equilibrio. Las Gotitas de Agua comprendieron entonces que no importa si eres o no un ser vivo, todos tienen su lugar y su importancia en el mundo.

Al final de su viaje, las Gotitas de Agua regresaron a su arroyo con un nuevo entendimiento. Ellas también eran importantes: al caer del cielo, nutrían a las plantas, daban vida a los animales, y con su constante ciclo de evaporación y lluvia, ayudaban a mantener el equilibrio del planeta. Desde ese día, las Gotitas de Agua se sintieron orgullosas de ser lo que eran, y compartieron su sabiduría con todos los seres vivos y componentes no vivos del arroyo.

Moraleja: Todos los seres, vivos o no vivos, tienen un papel fundamental en el equilibrio de la naturaleza.

FIN.

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