El viaje de las perritas
Carolina y su esposo, Lucas, estaban muy emocionados. Habían decidido mudarse a Tailandia por un nuevo trabajo que Lucas había conseguido. – "¡No puedo esperar para ver las playas y la cultura!" – decía Carolina mientras empacaba las cosas. – "Sí, pero no podemos olvidarnos de nuestras perritas: Dolce y Gabbana." – respondió Lucas, mirando a sus adorables perritas que correteaban por la sala.
Además de Dolce y Gabbana, había otra perrita, Aura, que había estado recuperándose tras un accidente. Carolina había adoptado a Aura hace algunas semanas y se había enamorado de ella. Aunque Aura estaba en recuperación, su espíritu aventurero brillaba a través de su dulce mirada.
– "¡Podemos llevar a Aura!" – exclamó Carolina.
– "Pero, ¿estará lista para el viaje?" – cuestionó Lucas, un poco preocupado.
– "Sí, la veterinaria dijo que estaba mejorando mucho. Vive con nosotros el amor y la emoción de viajar. Seguro le haría bien estar con nosotras en Tailandia." – insistió Carolina.
Con amor y determinación, empacaron todo y se aseguraron de tener todo lo necesario para cuidar a las perritas durante el viaje.
El día del vuelo llegó. Las perritas fueron muy bien cuidadas en sus transportadoras. – "¿Están listas para la aventura?" – les preguntó Carolina mientras las acariciaba. Dolce hizo un ladrido como respuesta y Gabbana movió la cola. Aura, aunque un poco nerviosa por el trayecto, debía ser fuerte para unirse a la nueva vida que se les venía.
Cuando aterrizaron en Tailandia, queda claro que solo habían llegado a un mundo diferente. Los colores vibrantes de las flores, las luces de los mercados y los aromas de la comida llenaban el aire. Pero lo que a Carolina más le emocionaba era que allí podría ofrecerle a Aura un hogar y un ambiente positivo para su recuperación.
– "Miren este lugar, es impresionante," – comentó Lucas mientras los perritos jateaban al lado de los nuevos rascacielos del país.
Un día decidieron llevar a las perritas a un parque donde había un estanque. Aura estaba un poco asustada, pero Carolina se agachó junto a ella y le dijo: – "No te preocupes, Aura, estamos aquí contigo. Este es un nuevo comienzo y te prometo que todo irá bien."
Mientras paseaban, un niño local se acercó a ellos. – "¡Qué perritas tan lindas!" – exclamó.
– "Gracias, son nuestras compañeras de aventuras. ¡Estamos de visita desde Argentina!" – contestó Carolina.
El niño, con una gran sonrisa, les mostró cómo jugar en la orilla del estanque. Aura, animada por la energía del niño y las risas de Lucas y Carolina, se animó y comenzó a saltar tras las burbujas en el agua.
– "¡Mirala! Aura está disfrutando!" – gritó Lucas feliz.
Desde ese día, Aura siempre fue un poco más valiente. Con cada juego, cada aventura, su espíritu se fue reponiendo.
Pasaron las semanas, y un día Carolina pensó en lo que haría si su perrita no se mostraba tan animosa.
– "¡Necesitamos darle un espacio especial! Tendremos nuestra propia zona de juegos en casa, con obstáculos para que Aura se recupere y se divierta. ¡Así podrá ser nuestra aventurera constante!" – propuso Carolina.
Lucas se mostró a favor y juntos comenzaron a construir un pequeño parque de perritas en su yardita. Cuando lo terminaron, lo decoraron con colores vibrantes y colocaron juguetes, una pequeña piscina y hasta un túnel.
– "¡Miren lo que tenemos para ustedes!" – gritaron mientras llevaban a Aura y a las otras perritas.
Aura se iluminó. Con cada salto y giro que dio, el amor de Carolina y Lucas la ayudó a encontrar su fuerza y felicidad.
Tailandia se volvió su hogar, lleno de aventuras, risas y amantes perritas.
Días tras días, Aura aprendía a disfrutar de su nueva vida.
Aunque había pasado por un momento difícil, descubrió que con amor y apoyo, cada día podía ser una nueva oportunidad para brillar.
Una tarde se reunieron con sus nuevos amigos de Tailandia y el niño que había conocido a Aura en el parque llegó, – "Aura, ¡qué bien que estás!" – dijo con entusiasmo.
– "Gracias a nuestro amor y las aventuras, ahora es el alma del lugar!" – respondió Carolina, abrazando con cariño a Aura.
FIN.