El viaje de las semillas



Había una vez un hermoso jardín donde vivían muchas flores de diferentes colores y tamaños. En ese jardín, también existían unas semillas que siempre soñaban con viajar lejos y crecer en lugares desconocidos.

Un día, las semillas decidieron emprender un emocionante viaje hacia lo desconocido. -Hola amigas semillas, ¿a dónde piensan ir? -les preguntó el sol curioso. -Queremos viajar lejos y crecer en nuevos lugares, queremos descubrir el mundo fuera del jardín -respondieron las semillas con entusiasmo.

El sol les deseó buena suerte y les recordó que debían tener cuidado y aprender de todas las experiencias que vivieran. Las semillas emprendieron su viaje, encontraron vientos fuertes que las arrastraron y les mostraron que la paciencia era vital.

También enfrentaron la oscuridad de la noche, pero aprendieron a ser valientes. Finalmente, llegaron a un nuevo lugar donde la tierra era fértil y el sol brillaba con fuerza.

Allí, las semillas crecieron y se convirtieron en hermosas flores, cada una con su color y personalidad únicos. Comprendieron que el viaje había sido fundamental para su crecimiento y que, a pesar de las dificultades, habían logrado alcanzar su destino.

Con el tiempo, las flores que antes eran semillas, también liberaron nuevas semillas que, al igual que ellas, soñaban con emprender su propio viaje hacia lo desconocido.

Y así, el ciclo continuó, recordándoles a todos que el viaje es parte fundamental del crecimiento y que cada experiencia, por difícil que sea, es una oportunidad para aprender y convertirse en algo hermoso.

FIN.

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