El viaje de las semillas mágicas



Había una vez en un rincón del jardín, un grupo de semillas que soñaban con viajar por el mundo y convertirse en hermosas plantas. Ellas tenían nombres divertidos, como Margarita, Girasol, Rosa y Tulipán.

Un día, una brisa mágica sopló sobre el jardín y las semillas comenzaron a moverse. - ¡Miren, miren! - exclamó Margarita, la semilla más inquieta. - ¡Estamos viajando! Las semillas se emocionaron y empezaron a reír, bailar y cantar mientras la brisa las llevaba lejos.

De repente, una mariposa amiga llamada Violeta se les unió. - ¿A dónde van, semillitas? - preguntó curiosa. - Queremos viajar y convertirnos en hermosas plantas - contestó Girasol con entusiasmo.

- Yo conozco un lugar perfecto para ustedes - dijo Violeta con una sonrisa. Así, las semillas mágicas y la mariposa emprendieron su viaje por el mundo, conociendo bosques, ríos, montañas y valles.

Cada vez que encontraban un lugar adecuado, Violeta les aseguraba: - Aquí podrán crecer y compartir su belleza con el mundo. Finalmente, llegaron a un hermoso jardín donde decidieron plantarse. Con cuidado, las semillas se enterraron en la tierra y esperaron pacientemente. Poco a poco, empezaron a crecer, asomando sus brotes y hojas al sol.

- ¡Mirá, mirá! - exclamó Rosa emocionada. - ¡Estamos convirtiéndonos en hermosas plantas! Las semillas habían cumplido su sueño, gracias a la ayuda de la mariposa Violeta.

Desde entonces, el jardín se llenó de colores y aromas, trayendo alegría a todos los que lo visitaban. Las semillas mágicas habían logrado su cometido: compartir su belleza con el mundo.

FIN.

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