El viaje de las semillas valientes
Había una vez en un campo lleno de flores y plantas, un grupo de semillas que vivían en la tierra fértil y cálida. Estas semillas eran muy especiales, pues tenían un gran sueño: convertirse en hermosas plantas y florecer en todo su esplendor. Sin embargo, no todas las semillas compartían la misma valentía y entusiasmo. Algunas de ellas, como las semillas de girasol, eran muy valientes y estaban ansiosas por emprender el viaje hacia la superficie, aunque eso implicara enfrentar los desafíos que les deparaba el mundo exterior.
-
Una mañana soleada, las semillas valientes decidieron que era el momento de emprender su viaje. Animadas por su espíritu de aventura, comenzaron a empujar la tierra con todas sus fuerzas. Mientras tanto, las semillas más temerosas, como las de margarita, miraban con nerviosismo el esfuerzo de sus compañeras, preguntándose si tendrían la fuerza suficiente para enfrentar lo desconocido.
-
Finalmente, una de las semillas de girasol logró abrirse paso y asomó su pequeña hoja verde hacia la superficie. Las demás la siguieron, y juntas emergieron hacia la luz del sol. A medida que crecían, enfrentaron vientos fuertes, lluvias intensas y momentos difíciles, pero nunca perdieron su valentía ni su determinación.
-
Con el tiempo, las semillas valientes se convirtieron en hermosas plantas de girasol, con grandes y brillantes flores amarillas que llenaron el campo de belleza y alegría. Las demás semillas, inspiradas por el coraje de las girasoles, también se animaron a emprender su viaje y florecer en todo su esplendor.
-
Y así, el campo se transformó en un maravilloso jardín, donde todas las plantas, grandes y pequeñas, brillaban con colores vivos y exudaban la valentía que las había llevado a superar todas las adversidades. Las semillas aprendieron que, aunque enfrentar lo desconocido pueda resultar aterrador, siempre vale la pena tener coraje y seguir adelante, porque al final del camino aguarda la recompensa de la realización y la belleza.
FIN.