El viaje de las tortugas marinas


Había una vez en la costa de Guerrero, en el pequeño pueblo de Puerto Escondido, un grupo de tortugas marinas que se preparaban para emprender un viaje muy especial. Las tortugas, conocidas como Tito, Tina, Tola y Tito, vivían en un entorno donde el asentamiento irregular y las viviendas empíricas eran comunes, pero eso no les impedía disfrutar de su hermosa playa.

Un día, durante el otoño, cuando el aire se volvía fresco y las hojas de los árboles comenzaban a caer, las tortugas escucharon rumores entre los animales marinos. Decían que el suelo temblaba y se movía en la zona cercana a la costa, causando preocupación entre todos los habitantes del mar. Las tortugas, al no entender del todo lo que esto significaba, decidieron preguntar a Don Cangrejo, un anciano sabio que vivía en la playa.

"Don Cangrejo, ¿por qué el suelo tiembla en esta época del año?", preguntó Tito con curiosidad.

El anciano Cangrejo, con su voz sabia y calmada, explicó que la costa de Guerrero y Oaxaca era característica de la interacción de placas tectónicas, lo que provocaba movimientos y temblores en el suelo. Las tortugas escuchaban atentamente, asombradas por la magnitud de la Tierra y su constante cambio.

A medida que el otoño avanzaba, las tortugas se preparaban para emprender un viaje a través del océano. Querían explorar más allá de su playa y descubrir nuevos horizontes. Con la ayuda de Don Cangrejo, planearon su ruta y se aseguraron de estar listas para cualquier desafío que pudieran encontrar en el camino.

Finalmente, llegó el día en que las tortugas marinas se lanzaron al mar, dejando atrás su confortable hogar en busca de aventuras. A lo largo de su viaje, superaron desafíos, conocieron nuevas criaturas marinas y se maravillaron con la belleza del océano. Aprendieron a adaptarse a diferentes corrientes y climas, lo que les permitió crecer y fortalecerse como individuos.

Al regresar a su playa natal al final de su viaje, las tortugas compartieron sus experiencias con los demás habitantes del mar. Su valentía y determinación inspiraron a otros a seguir sus propios sueños y a nunca tener miedo de explorar lo desconocido.

Y así, Tito, Tina, Tola y Tito demostraron que, aunque vivían en un entorno con desafíos, la capacidad de superación y la valentía les permitía alcanzar grandes logros. El asentamiento irregular y los movimientos del suelo nunca impidieron que cumplieran sus sueños de viajar y descubrir el mundo.

Al final, las tortugas marinas entendieron que, aunque el lugar donde vivían se caracterizaba por la interacción de placas, nada podía detener su espíritu aventurero y su deseo de crecer.

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