El Viaje de Laura en el Mundo Tridimensional
En un pequeño pueblo de Argentina, vivía una curiosa niña llamada Laura. Le encantaba explorar, pero un día, mientras jugaba en el viejo desván de su abuela, encontró una extraña caja de madera. Cuando la abrió, se encontró con un par de gafas brillantes.
"¿Qué son estas?" - se preguntó Laura, acomodándose las gafas en la nariz.
En un instante, todo a su alrededor cambió. La habitación se transformó en un vibrante mundo tridimensional lleno de colores y formas que nunca había visto. Los juguetes antiguos cobraron vida y comenzaron a hablar.
"¡Hola, Laura! Soy Tobi, el oso de peluche. Necesitamos tu ayuda."
"¿Ayuda? ¿Por qué?" - preguntó Laura, emocionada.
"El mundo tridimensional ha sido invadido por la tristeza. Nos sentimos olvidados. Sabemos que tenés una gran imaginación y por eso te necesitamos."
Laura, con su corazón lleno de determinación, asintió.
"¡Vamos a hacerlo! ¿Cuál es el plan?" - dijo con entusiasmo.
Los juguetes le explicaron que debían encontrar la fuente de la tristeza, que se encontraba en el Bosque de los Sueños, y ese bosque estaba más allá de la Montaña de la Imaginación.
"Pero el camino es peligroso. ¿No tienen miedo?" - cuestionó Laura.
"¡No! La imaginación es nuestra mejor arma!" - dijo Tobi. "No dejes que el miedo te detenga."
Laura se armó de valor y juntos comenzaron el viaje. Cada paso que daban en el mundo tridimensional era un descubrimiento fascinante. Encontraron árboles que hablaban y ríos que cantaban. Pero en el camino, también se enfrentaron a desafíos, como atravesar el Puente de la Duda.
Al llegar al puente, encontraron una figura oscura que les bloqueaba el paso. Era el temido Guardián de la Duda.
"¿Qué desean?" - preguntó con un eco sombrío.
"Queremos cruzar para encontrar la fuente de la tristeza y devolver la alegría a este mundo!" - gritó Laura.
El Guardián se echó a reír. "Para cruzar, deben demostrar que su imaginación es más poderosa que mis dudas. Cuéntame, ¿qué es lo que ven cuando cierran los ojos?"
Laura se quedó en silencio, recordó su hogar, sus sueños, los días de sol en el parque con sus amigos.
"Veo un mundo lleno de colores, de risas y de sueños que pueden volar tan alto como una cometa!" - dijo con firmeza.
"¿Y si siento miedo?" - continuó. "Ese miedo sólo es una sombra de lo que realmente puedo soñar. Quiero compartir eso con ustedes."
Al oír esto, el Guardián sonrió, y se apartó del camino. "¡Adelante, valiente soñadora!"
Laura y sus amigos cruzaron el puente y continuaron su viaje hasta llegar al Bosque de los Sueños. Allí encontraron un río de agua cristalina que, al tocarlo, mostraba la alegría de los sueños olvidados.
"Es aquí donde reside la tristeza!" - exclamó Tobi.
Laura, con una idea brillante, comenzó a contar historias de alegría y esperanza, recordando cada risa y cada momento feliz. Con cada palabra, el río comenzó a brillar más y más, hasta que la tristeza se disolvió en un torrente de luz.
De repente, todo el mundo tridimensional floreció nuevamente. Los colores regresaron, las risas llenaron el aire, y los juguetes, agradecidos, se reunieron en torno a Laura.
"Lo lograste, Laura! Has devuelto la alegría a nuestro mundo!" - gritaron con alegría.
Laura miró sus gafas brillantes, con una sonrisa en el rostro.
"La verdadera magia está en la imaginación y en lo que compartimos con los demás. Siempre se puede encontrar la luz, incluso en los momentos más oscuros."
Con eso, Laura se despidió de sus nuevos amigos y regresó a su casa. Aunque las gafas desaparecieron, Laura sabía que la alegría y la magia de su aventura durarían para siempre en su corazón.
Desde ese día, cada vez que cerraba los ojos, sabía que podría volver a viajar al mundo tridimensional de su imaginación, un lugar donde la tristeza no podía penetrar mientras hubiera amor y creatividad.
Fin.
FIN.